Malentendido 2 (Michaeng)

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Habíamos arreglado las cosas con Chaeyoung, pero no significaba que habláramos muy seguido o nos juntásemos a pasar el rato. A veces nos enviábamos memes, o nos respondíamos mensajes en el chat grupal. Un día nos juntamos con Sana y Jihyo, las cuatro, a conversar de la vida en el café donde siempre se juntaban. Pero nada muy especial, lo cual me tenía un poco frustrada, yo quería más.

Era viernes 24 de marzo, mi cumpleaños, pero también la fecha de mis primeros exámenes. Porque ya he dicho que el destino me odia, ambos eran el mismo día. Las chicas insistían en que lo celebrara, pero yo solo quería dar mis exámenes y volver a casa a dormir. Llevaba toda la semana estudiando como loca y el cansancio era mucho. Había pedido el día libre en el trabajo para poder hacer mis exámenes, así que ahí estaba un viernes a las ocho de la mañana en la puerta del edificio donde nos tomarían las evaluaciones.

Mis padres habían salido de la ciudad el día anterior, así que no estuvieron para saludarme en la mañana. Y para mi sorpresa, aunque me insistieron toda la semana, ninguna de las chicas me había mandado aun un mensaje de feliz cumpleaños. Era temprano, así que supuse que era por eso. 

Di el primer examen, no me fue tan mal, supongo. Revisé mi teléfono en el pequeño receso que nos dieron, pero aun nada, ningún mensaje, ni de mis padres. Pasó el siguiente examen, y el siguiente, pero aún nadie me deseaba feliz cumpleaños, no es que me importe tanto mi cumpleaños, pero estaba un poco expectante, después de pasar varios años siendo solo saludada por mamá y papá a través de un mensaje, pensé que se sentiría bien recibir algunos saludos en la fecha.

Terminé mi cuarto examen, ya estaba agotada, horas y horas sentada frente a una hoja. Tomé el metro y volví a casa casi arrastrándome. Abrí la puerta de mi casa lentamente, con la pequeñísima, aunque me da vergüenza admitirlo, esperanza de que ahí estuvieran mis amigas, esperando para sorprenderme. Por suerte solo era una pequeña esperanza, de esa forma no me desilusioné al abrir la puerta y encontrar todo vacío y en silencio. Ni si quiera Ray me había puesto atención al llegar.

Subí las escaleras hasta mi habitación, dejé mis cosas y me di un baño. Me acosté en mi cama a revisar Instagram, quizás las chicas estaban muy ocupadas y por eso olvidaron saludarme. Nayeon subió una historia junto a Jeongyeon, Dahyun había subido un meme, Chaeyoung un video de Kwang, Jihyo y Sana también se habían juntado y subieron historias, Tzuyu subió una foto de unos libros y apuntes, Momo subió un video bailando. Todas estaban haciendo su vida normal, y se habían olvidado de mi cumpleaños.

No quería hacerlo, intenté aguantar, pero no pude evitarlo. Dejé que algunas lágrimas cayeran en silencio. Me sentí sola otra vez. A pesar de que sabía que mamá se molestaría si supiera, encendí un cigarrillo y me levanté a abrir la ventana para que el humo se fuera por ella. Como es costumbre, comencé a pensar en Chaeyoung. No es que no la haya superado, es que desde hace mucho acostumbraba a pensar en ella al fumar y no pude quitarme el hábito. ¿Será que no me había saludado porque lo olvidó o porque simplemente no quería hacerlo? Se suponía que ya estábamos bien... un saludo de cumpleaños es algo básico en una amistad, si ahora éramos amigas, entonces no estaba bien que pensara que la chica no quería saludarme, seguro lo había olvidado, como todas.

Me acosté nuevamente en la cama, puse música fuerte en el teléfono, me cubrí la cara con una almohada, para tapar la poca luz que aun entraba por la ventana, y me quedé dormida.

Desperté con el tono de llamada de mi teléfono. Ese tono de llamada no lo escuchaba hace años, era su tono de llamada. A pesar del sueño, salté de la cama y agarré el teléfono. Era Chaeyoung. ¿Sería posible que la chica fuera a saludarme y por llamada?

—¿H-hola? —contesté nerviosa.

—¡Mina unnie!—exclamó— Necesito ayuda, es urgente, por favor —pidió con evidente preocupación en su voz.