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Volvimos a entrar y cruzamos la habitación, caminamos por el pasillo hasta el baño y ahí Chaeyoung me pidió que la esperara un momento. Me quedé afuera esperando, mientras miraba a la gente bailar. Entre toda la gente y las luces, divisé una silueta conocida. Me acerqué un poco para estar segura, cuando ya estaba prácticamente en su espalda, supe que si era la persona que creí.

—¡Hiro! —lo llamé.

El chico se dio la vuelta rápidamente y al verme esbozo una enorme sonrisa.

—¡Mina! —exclamó— ¡¿Qué haces aquí?!

—¡Estamos celebrando con unas amigas!

—¡Genial!

—¡¿Y tú?! —pregunté, mirando a las personas con las que bailaba mi amigo.

—¡Vine a divertirme! ¡Conocí a un chico que me recomendó este club, así que vine!

—¡¿Viniste solo?!

—¡Sí!

—¡¿Y la gente de atrás?!

—¡Perfectos desconocidos! —respondió con una gran sonrisa.

—¡Ven con nosotras si quieres! —ofrecí.

—¡Claro! —se volteó— ¡Un gusto, chicos! —se despidió.

Las personas con las que bailaban hicieron gestos con la cabeza y las manos y siguieron en lo suyo.

—Tienes que esperarme un segundo eso si —le dije cerca de la oreja—. Estoy esperando a Chae, está en el baño.

El chico asintió con la cabeza y caminamos de vuelta al baño. Ahí estaba Chae, que buscaba algo con la mirada. Seguramente me estaba buscando a mí.

—¡Chae! —exclamé.

Miró hacia donde estábamos y sus ojos se abrieron al vernos.

—¡Me encontré a Hiro! —le expliqué cuando nos acercamos.

—¡Hola! —saludó Hiro.

Chae solo sonrió. Era una sonrisa sincera, no le molestaba realmente la presencia de mi amigo.

—¡Vamos a buscar a las chicas! —di la vuelta para caminar hacia la pista.

En eso sentí la mano de Chaeyoung agarrando la mía. Me arrepiento terriblemente de haber hecho lo que hice. Le hice el quite a su agarre, me giré a mirarla y noté la tristeza y confusión en sus ojos, que miraban mi mano. Después subió la mirada hacia mis ojos y yo solo pude hacer un gesto con la cabeza indicando a Hiro, esperando que entendiera el por qué de mi actuar. No me daba vergüenza caminar de la mano con mi novia, pero aún no le contaba a Hiro que Chae y yo estábamos juntas, aún no sabía cuál sería su reacción y tenía miedo de que nos viera y comenzara a cuestionar cosas.

Chae asintió desganada, yo agaché la cabeza avergonzada.

—¡¿Las encontraron?! —preguntó Hiro, volteándose.

—¡No, deben estar cerca de la barra! —respondí yo, mirando hacia el frente.

Y efectivamente, las muy borrachas estaban al lado de la barra, pidiéndose más tragos.

—¡Volvieron! —Sana fue la primera en darse cuenta de nuestra presencia— ¡¿Quién es este guapetón?! —preguntó mirando a Hiro.

—¡Es un amigo de la infancia! —respondí.

—¡Hiro, mucho gusto! —se presentó el chico.

—¡Mucho gusto, Hiro! —exclamaron a la par Jihyo y Nayeon.

Malentendido 2 (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora