Capítulo 25 | Ajuste de cuentas

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Luciana Harper

—Cinco minutos para que empiece la boda —susurra mi madre. —Estás segura que esto es lo que quieres.

Detallo mi reflejo en el espejo, para hoy me decidí por un vestido color marfil tipo corset. Sin mangas. Dejando expuesto parte de mis pechos, clavícula, hombros y brazos, este se ata en la espalda ajustándose a mi cuerpo, llega hasta la mitad de mis muslos acentuando mi cintura, en las copas del vestido tiene adherido diseños dorados que hacen contraste en el vestido y mi piel. De la cintura para abajo se ata una falda larga de color dorado que cae como cascada con detalles plateados resaltando el color de mi piel y marcando mi cintura, este arrastra en el suelo dándole un toque elegante y atrevido al atuendo.

 Y cómo no va a ser hermoso si te lo compro Johnson, en París.

Pequeños detalles. Quien diría que para el día de mi boda me decidiría a usar un vestido comprado por él, especialmente para mí.

No quiero casarme, no deseo hacerlo pero es lo que me toca. Es mi deber.

—Completamente segura, madre —declaro observándola a través del espejo. 

—No estoy de acuerdo con esta boda —afirma pasándose las manos por el cabello.

—De todas las personas del mundo, pensaba que tu eras la más feliz con que me casara —comento mientras paso mis manos por el vestido.

—Cómo puedo estar feliz, si la felicidad no llega a tu rostro, Lucia. —Susurra acercándose.

Sí lo sé, para mi esto es más un entierro que una boda.

—Confía en mí.

—Dime cómo hacerlo, porque esto parece más un entierro que una unión matrimonial. Incluso le comenté a tu padre el desacuerdo ante esta repentina decisión.

—Hiciste eso.

Eso sí que no me lo esperaba.

—Por supuesto. Cariño si no quieres casarte no lo hagas, yo estoy aquí para apoyarte.

—Mamá...

—Shhh... mamá quiere verte feliz y sé que ahorita no lo estas. —Afirma.

Tiene razón pero no voy a admitirlo. Tengo que casarme, debo hacerlo. La decisión ya está tomada y no me voy a retractar ahora.

—Sabes, le dije a tu padre que vendrías de negro. —Sonríe pero su sonrisa no llega a sus ojos.

—Era una opción —sonrío.

—Y porque no lo hiciste.

—Porque el vestido negro lo tengo reservado para una ocasión especial.

—Así.

—Sí. Y mañana el rojo predomina mi vida —susurro haciendo un repaso mental de mi plan.

—Te ves hermosa, Lucia —susurra admirándome —solo me encantaría que te casaras con alguien a quien ames —toma mis manos entre las suyas, apretándolas y de repente su mirada se dirige a la esmeralda que brilla en mi anular —y este anillo, te lo dio el idiota con el que te vas a casar.

Sonrío rememorando el momento cuando me entere quien fue que me lo regalo.

—Para nada, ese hijo de puta tiene muy malos gustos.

Una sonrisa pícara atraviesa su rostro.

—Entonces. ¿Quién fue?

—Es secreto, madre.

Inefable Atracción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora