Segunda Parte
Luciana Harper
Dos bofetadas a palma abierta me giran el rostro, pero me niego a abrir mis ojos y mirarlo, su olor a madera y hierbas me dice que está aquí, además siento una mala vibración proveniente de él. El odio y la decepción.
—¿Te despiertas o te despierto a golpes? —su voz solo confirma mis sospechas—. Bien como gustes, querida hija.
Abrí mis párpados de par en par, regalándole una mirada de desprecio, la mano que mantenía en el aire baja hasta quedar a un lado de su cuerpo.
—Aún sigues siendo obediente —susurró con una inmensa sonrisa de satisfacción enmarcada en su rostro.
—Si fuese tan obediente no te hubiese enterrado a ti la daga en la mano —dirigí mis ojos hacia la evidente cicatriz que tiene en su mano. Sus ojos destellan la ira.
—Me traicionaste —me acusa, las palabras que antes se interponían como una daga al corazón, ahora repelen mis sentimientos.
—Tu lo hiciste primero —levanta una ceja y al ver que no emite palabra continué— me prometiste que nunca más ibas a volver a tocarme, maltratarme, humillarme o entregarme a tus hermanos para que me usaran a su antojo, y ¿qué hiciste? —pausé acusándolo, sintiendo como el picor se instala en la punta de mi nariz, mientras mis entrañas se revuelven del asco, del dolor— me vendiste, me golpeaste en cuanto te enteraste que Elián estaba en la misma universidad que yo y para variar que nos habíamos conocido...
—Te di órdenes claras —me interrumpe.
—Pero tú me insultaste, me abofeteaste aún cuando te mencioné que yo no lo busqué... —la voz me salió cortada. Un fiasco, eso era lo que era yo, un maldito fiasco.
—Y que me vas a repetir: que él vino a ti.
—Sí —la burla se instala en sus facciones, mientras un revuelo se instala en la boca de mi estómago. Tengo hambre, sed y quiero vomitar, pero la necesidad de explicar y hacerlo entrar en razón es más fuerte, aunque en el fondo de mi sepa que él no descansará hasta matarme—, él llegó a la biblioteca. Yo nunca lo busqué.
—Tu sabias sus intenciones y no hiciste nada para alejarlo —contraatacó.
—Te equivocas —me quejé—, sus intenciones nunca fueron las que me dijiste.
—¡¿No?! —espetó con efusividad, explayando sus ojos mientras tensaba los músculos por mis palabras y noté el coraje creciendo en él por la vena que palpitaba visiblemente en su cuello.
—¡Por supuesto que no!, no volvió a matarme como dijiste, él regresó a vengarse...
—Y tú formabas parte de su venganza —completó las palabras que no quería mencionar—, que parte no entiendes, eras solo una ficha que él intentó mover a su antojo —se rascó la barba que se había dejado crecer. Sin duda este no era el hombre que alguna vez había llamado padre, este hombre era una porquería, se veía como tal, con la ropa sucia y arrugada, las ojeras latentes en sus ojos demostraba lo poco o nada que dormía, el cabello revuelto y la espesa barba que se acentuaba en su barbilla demostraba lo poco que hora le importaba su aspecto. Y no, no es que esté mal tener barba, es que él no se la dejaba crecer.
—Es verdad, una ficha no su puto puente —corregí— me mentiste, me repetiste mil veces que yo no recibiría amor de nadie, que nadie tenia la necesidad de amarme o darme cariño, que yo no era más que una simple basura y una mujer que todos los hombres quieren usar, incluido tú —tragué con dificultad ante las dos ultimas palabras.
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Inefable Atracción [+18]
Teen FictionLuciana Harper es hija de los empresarios más exitosos de Madrid, España. Su vida era bastante tranquila, pero el destino tenia otros planes al cruzar en su camino a el chico de ojos azules. Elián Johnson poseedor de un apellido que denota poder, p...