Inefable Atracción [+18]

Extra | La vida es mas sabrosa... ¿en la playa o tus brazos?

🚩Este es un extra de lo que no leímos de la playa, después de que Elián y Luciana casi se besarán y antes de que ella se fuera de compras con Paula.

Elián Johnson

¡Mierda!, como se atreve a ponerse ese conjunto tan pequeño. Solo le tapan las tetas y su coño. Es más hermosa de lo que pensaba... es una jodida Sorcière.

Aquella que me niego a que sea la dueña de mis pensamientos, la que se robe mis miradas y las estúpidas llamas que gobiernan en mi mundo. Todo en mi mundo es oscuro, lo único que nos ilumina son las llamas brillantes, sofocantes y peligrosas del fuego que gobierna en el infierno que representa portar el apellido Johnson y todo que nos rodea.

Como todos los ingleses lo saben. Johnson es una cadena de oro en el cuello, que te aprieta a tal punto que debes someterse a los mandatos del líder, que en este caso su líder, dueño, amor y king soy yo. Las púas de la cadena te brindan dos insólitas opciones ya que decides matarte o llevar con el ella hasta el resto de tu vida, o con suerte hasta que una bala te destroce la cabeza o caiga en tu corazón. Johnson, es peligro, sadismo y muerte. No hay otro significado para mi apellido. Desde las antiguas generaciones se carga con un apellido poderoso el cual se debe honrar, vanagloriar y no puedes destruirlo. Antes prefieres acabar con tú vida.

—Cuéntame un secreto —propongo centrándome en la chica de cabello negro, ojos verdes, que maneja un bikini del mismo color de sus ojos. Dejando expuesta todos sus atributos.

Mis ojos se pasean por todo su cuerpo, desde sus esbeltas piernas, que me tientan a verlas enredadas en mi cadera..., abdomen plano el cual no dudaria en pasar mi lengua por esa zona; su cadera la cual me incita a querer marcarla, mientras me la follo hasta que se olvide de como se llama; su pequeña cintura; esos senos de los cuales me gustaría tocar y prenderme de ellos hasta que queden rojos sus puntos duros; su rostro perfilado mientras esta acostada observando el cielo y los pájaros que vuelan en este.

Sonrió para mis adentro, sabiendo perfectamente que yo he detener más secretos que ella y toda su familia junta, o quizás me esté equivocando.

—Quieres saber un secreto —comenta curiosa clavando sus ojos como dagas en los míos.

—Sí.

—De mi o de ti —inquiere.

—De ti, un secreto que sea el mas guardado que tengas en tu alma. —sonríe.

—Cualquier secreto, ¿verdad?

—Tantos secretos guardas.

—Mas de los que te imaginas. Mi secreto es que ya no creo en el amor, mas bien eso mi siquiera existe, solo se dan en los cuentos, los libros, las novelas y películas. En la vida real el amor no existe, ni la mas mínima pizca de eso —comenta y se bebe el contenido de whisky que tiene en el mano.

—Ya somos dos que pensamos igual —acoto, alzando mi vaso brindando con ella mientras bebo el contenido— pero tu caso me sorprende —confieso— se supone que lees y aquellos libros han de ser de romance a mas de ser eróticos, claro —su cara enrojece.

—Tu turno, idiota —se me hace la desentendida.

—Volvemos a los apodos, pequeña bestia.

Una risa brota de su garganta, mientras sus ojos se iluminan como si esperase que le dijese ese apodo.

—Eres al único que le repito que no me gusta ese apodo.

—Pues te aguantas, porque se vendrán muchos mas.

—O claro, yo también tendré preparados los míos. Ahora, dime un secreto tuyo.

—Prometes no decírselo a nadie —asiente— soy un asesino despiadado. Incluso mate a mi hermanastro por una apuesta.