Inefable Atracción [+18]

Capítulo 1 | La obsesionada

Luciana Harper

—Lucia, no vas a comprar un montón de libros. Después la que sufre soy yo al escucharte hablar de ellos a cada rato —responde Paula al otro lado del teléfono.

Me encontraba en una biblioteca haciendo mi compra mensual de libros. Ahora le llaman así, espeta mi conciencia. Yo no sabía que comprar libros cada semana era mensual.

Ash.

Bueno, la verdad era que yo realizaba compras de libros de manera semanal, pero puedo decir que, cada día salen libros nuevos y por supuesto... los necesito. Además, que ver mi estantería repleta de libros... es la mejor vista de mi vida.

Yo fácilmente podría vivir en una biblioteca, sin aburrirme.

—No creo que escucharme hablar de estas obras de arte, sean una tortura —respondo pasando mis dedos por el lomo de la infinidad de libros que hay aquí, este lugar sin duda es hermoso —más bien diría yo, que deberías agradecer por tener una amiga que habla contigo a cada instante. Siente afortunada, cualquiera no tiene ese privilegio —respondo tomando un libro de color azul que ha llamado mi atención desde que lo vi, lo miro de todos los ángulos y hago una lectura rápida del interior y discutir internamente si lo compro o no.

La escucho suspirar al otro lado de la línea y podría apostar a que ha puesto los ojos en blanco.

—Está bien me rindo. ¡Tú ganas!, solo te pido algo —contesta intentando contener la risa.

—¿Qué? —pregunto, aunque me imagino su propuesta.

—Cómprate como máximo 2 libros, no 10 como siempre lo haces —comenta esperanzada —sería mucho más fácil escucharte hablar solo de 2 libros.

En serio cree que voy a comprar dos libros porque ella me lo pide, ¡JA! Ni a mi madre le hago caso, mucho menos a ella. Es mi amiga de toda la vida y la aprecio muchísimo, pero los libros son un asunto muy delicado para mí y en eso nadie tiene voz ni voto, aparte de que sea yo.

—Sabes Paula, me has dado una idea genial —revelo con una sonrisa maliciosa.

—¿Cuál es? —pregunta un poco asustada.

—Voy a comprar el doble de los que normalmente compro —respondo tomando libro tras libro y colocándolo en el carrito.

—Oh, no. Estás sumamente loca.

—Lo sé, y, aun así. Todos me quieren.

—Por cierto, Lucia, ¿Qué es de la vida de Mateo? —pregunta un poco esperanzada por recibir una noticia positiva para ella. Recuerdo claramente como a ella le gustaba o gusta todavía de Mateo, pero mi mejor amigo solo puede verla como amiga...

Ni así, mejor dicho, la ve como un ser insignificante para él -responde mi conciencia.

—¿Qué es de qué? —pregunto para ahondar en el chisme digo en la conversación. Y la escucho gruñir en frustración.

—No te hagas Lucia, sabes a lo que me refiero —responde exasperada.

—No te alteres, pero que quieres que te diga. Ya sabes que él es un chico reservado.

—Pero no lo es contigo.

—Obvio que no es así conmigo, es mi mejor amigo. Acaso se te olvida.

—Claro que no se me olvida.

—Bueno entonces que esperas que te diga, que...

—No, sabes mejor no me digas nada -me corta con claro enojo.