Capítulo 12 | Maldita Sorcière

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Elián Johnson

—¿Qué mierda quieres a estas horas? Ya sabes lo que va a pasar si me llamas por estupideces, tienes una jodida cuerda en el cuello la cual en cualquier momento termina acabando con tu miserable vida —amenazo.

—Tengo muy claro sus reglas, mi señor —suspiro hastiado de la maldita palabra que saben que odio, tanto como su asquerosa vida.

—Algo que informar, halcón negro 58. No tengo tu puto tiempo, ¡apúrate!

—Son en total nueve primos, cinco primas y tres primos. Solo dos son los mas allegados a ella. Entre ellos uno rubio...

—¿Nombre?

—Aún estoy en eso se...

­—Te atreves a interrumpir mi sueño, cuando aún no tienes toda la información completa y detallada, tal cual les he indicado.

—Lo lamento señor, pero es importante la información que poseo entre manos.

—Pobre de ti que la información sea irrelevante para mí, porque sino tu cabeza quedara colgada en uno de las paredes de decoración en los cuartos de torturas que hay en mi propiedad.

—Como le informaba, el rubio es el mas allegado a ella. Según las reuniones familiares de años atrás, se trataban a tal punto que todos murmuraban que eran pareja... —una sensación amarga crece como un huracán que quiere arrasar con todo a su paso. A tal manera que quiero matar a todos los desgraciados que tengo encerrados en los calabozos, ponerlos a huir en el bosque para cazarlos y que su tortura sea tan dolorosa que me rueguen para que los mate.

—¿Qué hay con eso, en que me beneficia a mi? —arremeto con la furia que emerge en mis venas.

—Que es el rubio es uno de los arquitectos más conocidos de Noruega, es multimillonario. Además de que ese chico es el líder de la mafia en Noruega y tiene como principal enemigo a la mafia Francesa... —podría resultar interesante conocer a este Harper.

Cuelgo la llamada después de unos minutos, una vez que el halcón negro 58 me haya informado de los primos de Harper, necesito tener a toda su familia fichada, nadie debe quedarse fuera del juego.

—Águila 9, comete al halcón negro 58 —doy la orden.

—Como ordene, King.

Todos saben perfectamente que detesto su ineficiencia, y mas si de demoran mas de una semana en traerme respuestas. Su información me es clave en el juego, pero necesito que dichas noticias no se divulguen por todos lados, y mucho menos lleguen a oídos de mis enemigos.


Y


Unos jodidos golpes se escuchan en la puerta de mi habitación, los cuales cada vez se van haciendo mas intensos y malditamente molestos, por lo cual opto por taparme por completo con las sábanas. Pero estos no disminuyen ni un poco.

—¡Elián! levántate son las 10 de la mañana y todos nos vamos a la playa. —susurra una voz lejana.

—Pues váyanse, no me interesa. ¿Quiero dormir? —respondo soñoliento.

—Eres igual de terco que Lucia —responde la misma voz con un poco de frustración. El mismo sabor amargo se instala en mí, al escuchar su nombre.

— ¿Qué tiene que ver Luciana aquí? —pregunto para adquirir respuestas.

—Que al igual que tú, no abre la puerta y no quiere ir. Cosa que es muy rara.

—Pues vayan ustedes yo me quedo con ella, para hacerle compañía —respondo con un poco de pereza, intentando ignorar mis pensamientos.

Inefable Atracción [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora