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Willy le ha dado un adelanto a Florence por lo sucedido con Eddie, después de aquella triste charla con Ledger, ha decidido pasar por Mikey a la escuela, el niño corre donde ella y la abraza, ella sonríe al sentir el abrazo del niño, le gustaría que las cosas fueran diferentes para los dos esta vez, pero sabe pronto acabará todo el sufrimiento.
— ¡Viniste por mí!— dice Mikey.
—Saldremos a comer— dice la chica y el niño la mira con emoción, toma su mano y caminan juntos hacia el centro comercial.
Florence, con un brillo de emoción en sus ojos, guio a su hermano menor, Mikey, de ocho años, a través del bullicioso centro comercial. La luz de las tiendas pareciera estar creando un ambiente animado y acogedor, diciembre está cerca. Llevaba consigo el adelanto que ha recibido como "novia falsa" de Eddie Munson, una tarea que, aunque peculiar, le proporcionaba la oportunidad de darle a su hermano todo lo que sus padres no le dan.
La mano de Florence sostiene la pequeña mano de Mikey mientras exploran las opciones para comer. Los ojos de Mikey se iluminaron al ver las coloridas luces de una tienda de helados. Florence sonrió y asintió, llevándolo hacia la tentadora exhibición de sabores. Mientras disfrutaban de sus helados, Florence observaba a Mikey con cariño, imaginando un futuro lleno de oportunidades para él, uno de sus propósitos es que él jamás tenga que pasar lo mismo que ella.
Entre risas y lamidas de helado, Florence le contó a Mikey sobre sus sueños para ambos.
—Es de los mejores días de mi vida, Flo— dice el niño, animado.
—Mikey, cariño, hay tantas cosas increíbles que nos quedan por hacer— la chica lo dice con una voz esperanzadora.
Después del helado, continuaron en el centro comercial, lo ha llevado a diferentes tiendas de ropa. Florence imagina un camino lleno de educación, oportunidades y, sobre todo, amor y felicidad para Mikey. Este pequeño momento en el centro comercial era solo un vistazo de lo que ella quería para su hermano, y cada risa y sonrisa del niño hacía que su corazón se llenara de esperanza. Aunque odiaba el camino para conseguirlo, sabía que algún día, jamás en la vida volvería a ver el rostro de Eddie Munson.
Ese día en el centro comercial se convertiría en un recuerdo especial, aún no pueden comprenderlo, pero las cosas para ellos parecieran siempre poder complicarse un poco más.
Florence siente la vibración de su teléfono y nota una llamada entrante de Eddie. Mientras sostenía la mano de Mikey. Siempre es un asco recibir mensajes de él.
—Hola. Estaré pasando por ti en un rato. ¿Me puedes dar tu dirección? Quiero pasar a recogerte— La chica abre sus ojos con asombro, nunca es grato saber de él. La chica se detiene considerando cómo responder. Después de unos momentos.
— En realidad, estoy fuera con Mikey, mi hermano pequeño. Estamos teniendo un día genial y no puedo dejarlo solo. No tengo tiempo para ti, además, las salidas las coordino con Willy, no contigo, él es mi jefe no tú.
