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La semana pasó rápidamente y llegó el momento de que Eddie se reuniera con sus amigos para discutir la propuesta de regresar a Hawkins. Sin embargo, cuando se sentaron para hablar, la expresión en el rostro de Eddie revelaba una tormenta interna.
—Chicos, he estado pensando mucho en esto. La idea de volver a Hawkins, de revivir esos días... suena tentador, lo admito— suspira. Gareth y Jeff intercambiaron miradas expectantes, esperando la decisión final de Eddie.
—Entonces, ¿qué piensas, Eddie? ¿Nos unimos en esta nueva aventura?— esboza una sonrisa y Eddie no puede decir aquello mirando esos ojos y destruyendo una ilusión.
— No puedo. No puedo aceptar la propuesta— mira hacia abajo. Jeff y Gareth se quedaron en silencio, desconcertados por la inesperada respuesta de Eddie.
— ¿Por qué, Eddie? Pensé que esto era lo que querías...
—Sí, lo quería— responde con pesar—Pero las cosas han cambiado. Mi prioridad ahora es Florence. No puedo alejarme de ella, no cuando más me necesita. Lo de su madre, lo de Mikey...
La confesión de Eddie hizo eco en la habitación, con dolor que no pudo ocultar. Gareth y Jeff, aunque decepcionados, comprendieron la importancia de las prioridades de Eddie, aunque era desesperante poder tenerlo todo y a la vez no.
—Entiendo, Eddie. La familia siempre viene primero...—Gareth asiente.
—Si alguna vez cambias de opinión, estaremos aquí. Pero entiendo que ahora tienes otras responsabilidades— dice Jeff.
—Chicos, sé que tengo el derecho de mi música, pero...si ustedes quieren continuar con este sueño...sólo háganlo, allá...en Hawkins, con mis letras. Para mí sería un honor que ustedes les den vida.
Eddie agradeció a sus amigos por comprender su decisión, pero sabía que había sacrificios inevitables en el camino. Aunque la propuesta de Hawkins era tentadora, su lealtad hacia Florence era más fuerte. La banda, por ahora, tendría que esperar.
{...}
Después de un intercambio de ideas y compromisos, finalmente llegaron a un acuerdo: Florence tendría la oportunidad de pasar tiempo con Mikey los fines de semana. Esto permitiría a Mikey fortalecer su relación con su hermana y, al mismo tiempo, brindaría a Florence la oportunidad de ser una figura constante en la vida del niño.
La visita de Mikey a la casa de Eddie y Florence creó un ambiente cálido y especial. Después de compartir momentos juntos durante el día, llegó la hora de acostarse. Florence acompañó a Mikey a su habitación y lo arropó con cariño entre las sábanas.
— Buenas noches, Mikey. Espero que tengas dulces sueños— le dice sonriendo.
—Florence, estoy tan feliz de que estemos juntos de nuevo. Me gusta mucho estar aquí contigo y con Eddie— el chico la abraza. Florence acarició suavemente el cabello de Mikey, sintiendo la sinceridad en sus palabras.
