¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La oscuridad del escenario se ilumina con destellos de luces coloridas, creando un ambiente eléctrico mientras la multitud ansiosa espera el momento culminante del concierto. De repente, entre la penumbra, aparece Eddie Munson, la figura icónica de la banda, con su guitarra eléctrica en mano. Vestido de negro, con una playera de Megadeth que resalta sobre la oscuridad, Eddie emana una presencia magnética. La clásica B.C. Rich que sostiene se encuentra colgada en su hombro, lista para liberar los acordes poderosos que harán vibrar a todos. Florence, entre la multitud, no puede evitar admirar cómo la guitarra complementa la actitud de Eddie. Nunca fue de escuchar Heavy Metal, pero jamás podría menospreciar a bandas tan icónicas como Black Sabbath, Metallica o Iron Maiden.
Cuando Eddie lanza un beso al público y, en particular, le guiña un ojo a Florence, ella percibe la teatralidad de aquello. Sabe que, detrás de las luces brillantes y la imagen de rockstar, hay una realidad más compleja. Sin embargo, algo cambia dentro de ella en ese instante. Aunque consciente de que el gesto es parte del espectáculo, el guiño de Eddie despierta algo extraño.
Florence siente una extraña mezcla de emociones: la excitación de estar en el mismo espacio que Eddie, la conciencia de que todo es parte de la actuación, pero también una chispa de complicidad en ese intercambio fugaz de miradas. La música se fusiona con la intensidad de la mirada de Eddie. En la mente de Eddie, Florence fue la única que asistió.
Aunque Florence sabe que la conexión es efímera y que la vida detrás del escenario es muy diferente, no puede negar la emoción que siente al ser parte de ese instante mágico. El guiño falso de Eddie, que ella comprende como una estrategia de entretenimiento y marketing, despierta algo inesperado en su interior.
{...}
Una vez el concierto acaba, Eddie corre donde Florence y la abraza, lo hace porque hay cámaras cerca, lo con una sonrisa traviesa y un brillo especial en los ojos, eso no puede actuarlo. En su mano, sostiene un pequeño estuche que ella nota de inmediato. Al abrirlo, revela un delicado collar con una fina cadena plateada y una inicial colgante, la letra ''E''.
—¿Qué es esto, Eddie?— pregunta la chica cuando la ve.
—Bueno, creo que esto le da un toque más de seriedad a la relación. Es más, creí que podríamos arrendar un bebé para fingir que somos una familia. Le pondremos Ozzy— los dos se ríen, es primera vez que se ríen de una manera tan cómplice.
—Es muy lindo, no era necesario gastar demasiado...— la chica toca la letra ''E''.
—Son detalles, cuando me acabes, entonces debes entregármela con dramatismo. Ese día será triste— los dos sonríen— Pero es tierno hacer esto. Que tengas un collar con mi inicial en tu cuello ¿no crees? Quiero que todos lo sepan.
Mientras los fotógrafos se preparan, Eddie se acerca a Florence con confianza, sosteniéndola suavemente por la cintura.
—Florence, ¿qué dices si le damos a la prensa algo de trabajo?— la mira a los ojos y luego a los labios— ¿Estás de ánimo para un beso? sólo si quieres.
