Robbie y Echo

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Los días de descanso (e investigación) habían comenzado. Cada clon tenía la misión de estudiar a fondo a su compañera asignada, por lo que respectando a Echo y Robbie, y sus días de reconocimiento, comenzaron esa mañana en la que Nicky, líder de la Jedi, avisó a su escuadrón respecto al break acordado.

La joven Jedi no pudo sentirse más feliz con la noticia, no es que no le gustara pasar tiempo con sus amigas, o no entrenar. Simplemente todos necesitaban esos momentos a solas de introspección y descanso, era perfecto para meditar y salir a conocer un poco del planeta.

Robbie Niko, al ser una joven conectada con la fuerza, tenía la tendencia a ser un poco más solitaria por gusto. Le encantaba la calma, la armonía y el orden en su interior. En el día uno, tomó su sable y salió hacia las praderas.

Echo la miraba a la distancia. Curioso de saber a dónde iba, decidió seguirla.

Echo caminó por la extensa pradera, con la suave brisa acariciando su rostro y el sol derramando su luz sobre el paisaje. Encontró a Robbie en medio de la pradera, sentada con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, inmersa en su conexión con la energía que fluía a su alrededor. 

No fue necesario acercarse más, pues ella ya se había dado cuenta.

—¿Quieres venir y meditar también, Echo? —Resonó su dulce y firme voz a la distancia. 

Pudo preguntarse a sí mismo cómo es que supo que estaba ahí, pero era una Jedi. Claro que iba a saberlo.

—No quise interrumpirte, Robbie. —Al mencionar esto, se acercó más y se sentó a su lado, a una breve distancia de ella, lo suficiente para no invadir su espacio personal.

—¿Esta todo bien contigo, con tus hermanos?

—¿Por qué lo preguntas?

—Detecto algo en ti, una clase de duda, ansiedad... presión.

Rayos. Olvidaba por completo que ella podía detectar su sentir. Ahora fácilmente podría darse cuenta de lo que siente, aunque todo estaba mezclado con las dudas y presiones acerca de la posible traición.

Decidió improvisar.

—¿Alguna vez, haz pensado en el futuro, Robbie?

—Muchas veces, pero... a veces intento no hacerlo demasiado. Terminas abrumándote... ¿es eso lo que te esta preocupando?

"No, no realmente" Pensaba en sus adentros. 

—Recuerdo claramente que los Jedi podían ver el pasado y el futuro de alguna manera. O tener revelaciones del presente, tu... ¿Crees que puedas encontrar algo en mi? Una revelación, algo...

—Yo... puedo intentarlo.

La joven se acercó un poco más al clon, en medio del suave viento de la verde pradera y sus largos pastos. Sentada a su lado, colocó suavemente la mano en su pecho, y cerró los ojos.

Al principio no veía nada, todo era silencio total, pero después...

Observó blasters. Disparos. 

Comenzó a sentir el dolor. Al parecer su rostro lo reflejó, pues sintió que Echo le hablaba, pero no quería perder la concentración.

Pudo ver brazos mecánicos cortándole el brazo, interviniéndolo quirúrgicamente a crudo y punzo dolor.

Comenzó a sudar, y su respiración se aceleró, apoyando la frente y su cuerpo con el de Echo. Estaba siendo testigo de su pasado. 

Pudo ver y experimentar el dolor y el trauma que trajo consigo cuando lo encerraron en esa cápsula, conectado a una máquina y un montón de cables en su cabeza.

Vio al Bad Batch rescatarlo, imágenes de Rex y Omega. 

Después de aquello, pudo verse... a sí misma. ¿Ella? ¿Que hacía ella en el interior de Echo?

Intrigada, decidió continuar mirando. 

Se veía a ella misma... en sus brazos. Después pudo visualizar una separación. Le dolía ¿Estaba viendo el futuro? ¿Estaban destinados a separarse? Un segundo... veía al escuadrón, su propio escuadrón abandonando el planeta, sin Nicky... ¿Estaba viendo el futuro de Echo, o el de ella? 

¿Porqué estaba mirando todo eso? Nada tenía sentido...

Visualizó sus ojos encontrándose con los de Echo, mientras abandonaban el planeta. Eso quiere decir, que ese momento sería uno no muy lejano, podía tratarse dentro de unos cuantos días quizá... 

Y por último. Un beso.

Espera ¿Un beso, después de separarse?

Se ruborizó con aquella visión. Aunque un poco desilusionada por la separación futura, decidió dejar de ver. Soltó con suavidad el pecho de Echo, abriendo los ojos a continuación.  

Y ahí estaba él. Tan tierno, mirándola con preocupación, ella estaba sudando y respirando entrecortadamente. Quizá su rubor también era obvio, pero se confundía y disimulaba con su estado actual.

—¿Qué es lo que viste, Robbie?

—Yo... —Parpadeó continuamente. —Vi tantas cosas... fue terrible ¿Verdad?

—¿De qué hablas?

—Lo que te hicieron. Pude verlo todo... y sentir tu dolor.

El desvió la mirada. Fue toda una pesadilla.

—Me dejaron irreconocible. Soy más máquina que hombre ahora.

Robbie volvía a sentir esa perturbación en su interior, ahora estaba conectada con Echo de alguna manera, se habían vinculado por medio de la fuerza y no había vuelta atrás. Lo que no sabía, es que esa perturbación eran todas las inseguridades de Echo, ahogándolo en vida. 

—Pero nada de eso resta a tu valor, Echo. —Ella llevó una mano a su hombro.

Cruzaron miradas, la dulzura y comprensión de Robbie estaban matando al clon. Agonizaba. Cuanto daría por poder abrazarla y darle un profundo beso en ese mismo instante. Pero el hecho de que ella se estuviese portando amable y empatica con el, no significaba que sintiera lo mismo, por lo que decidió resistirse y cargar con su tortura en silencio.

—Gracias por toda tu comprensión, Robbie. Es, apreciable. —El correspondió a su gesto en una leve sonrisa.

—Deberías sonreír más a menudo, te va bien. 

Ambos se miraron fijamente a los ojos con una sonrisa.

Echo descartó la traición en ella. 

The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora