Plan 47

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Omega parecía perpleja y triste. No podía creerlo, todas eran tan amigables y buenas a sus ojos. Decidió tomar las cosas como Tech lo dijo, simples sospechas. Le resultaba doloroso pensar que cualquiera de ellas planificara traicionarlos. Estaba tan cansada y harta de que el imperio lo arruinara todo, además de que eran chicas que hacían felices a sus hermanos, le gustaba ver cómo una nueva versión de cada uno de ellos había surgido después de conocerlas.

—Plan 47.

—¿Plan 47? —Preguntó Omega.

—Quiere decir, ve a tu aliado como enemigo. Pero se discreta, actuaremos como de costumbre. —Le dijo Tech. —Cualquier cosa que digan o hagan, hasta lo más mínimo, se tomará con sospecha.

—Omega, si haz visto algo extraño o fuera de lo normal, es tu oportunidad de decirlo. —Hunter le miró.

Ella no recordaba nada fuera de lo normal. 

—A no ser...

—¿A no ser qué? —Preguntó el pelilargo.

—Aquella noche en la cual me quedé un poco más de tiempo en Atlantis, por accidente entré a la habitación de Nicky, y encontré una peineta, al igual que restos y montones de fruta Riskomink por todas partes. 

—Fruta Riskomink. Interesante. —Tech se llevó una mano al mentón, pensativo.

—¿Que tiene de interesante una simple fruta? —Preguntó Crosshair. —Considero más sospechoso el que tenga una peineta. Los Twi'lek no pueden peinarse.

—¿Y si alguna de sus amigas la dejó ahí? Todo debe tener una explicación. —Dijo Omega, tratando de encontrar respuestas coherentes que descarten la traición a toda costa.

—Tech, háblanos de la fruta. —Le pidió Hunter.

—Es una fruta que crece en casi todos los planetas, es por eso que pueden conseguirse con mucha facilidad, pero, no es apta para el consumo humano o de cualquier ser viviente, no si quieres verte color rosado por al menos algunos días.

—¿Y si Nicky lo hace para resaltar su piel? Quizá todos los Twi'lek lo hacen. 

—Lo curioso es que justamente hay algunos cuantos planetas en los cuales esta fruta no crece, y uno de estos es Ryloth. El planeta de origen de los Twi'lek.—Le respondió Tech a Omega.

—Todo se pone cada vez más raro. —Dijo Wrecker.

(Imagen muestra, fruta Riskomink [O la famosa, fruta del dragón/Dragon fruit])

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(Imagen muestra, fruta Riskomink [O la famosa, fruta del dragón/Dragon fruit])

—¿Cual es el plan ahora, Sargento? —Echo volteó a ver a Hunter, mientras este trataba de pensar.

—Necesito que cada uno investigue a su compañera a profundidad, debemos asegurarnos a qué nos estamos enfrentando...

—O quizá todo esto es un mal entendido. —Omega lo intentó nuevamente, pero todo parecía ser en vano. Ellos desconfiaban totalmente de ellas y sentía que no podría hacerlos cambiar de opinión.

—Omega escucha... se que ellas te caen demasiado bien, pero estando fuera de Pabu, no podemos confiar en nadie. —El líder colocó una mano en su hombro.

—Pero, ellas son buenas, yo lo sé...

—No tenemos alternativa. —Es entonces, que Hunter tuvo una idea, brillante a su pensar. —Bien, escuchen todos, esto es lo que haremos. Descansaremos algunos días del entrenamiento, en medio de este descanso, su tarea será investigar a su compañera, podrán salir a solas si es necesario. Si notan algo sospechoso, pondremos en marcha el plan 48.

—¿Plan 48? —Preguntó Omega nuevamente.

—Significa, dispersar al enemigo. —Le respondió Tech.

—Eso quiere decir...

—Que tendremos que llevarlas a lugares distintos y dispersos, a solas.

—Querrás decir... que tendrán una cita. 

—¿Una que? —Preguntó Wrecker.

—Una cita. Saldrán a solas con ellas, hablarán, se preguntarán cosas. Eso es, una ci-ta. —Le respondió la rubia.

—¿Quién te enseñó eso? —Echo arqueó una ceja.

—Phee.

—Hablaré con ella muy seriamente después de esto. —Respondió Hunter.

—Como sea ¿Que harán en sus citas? —La niña apoyó sus codos en Gonky y se llevó ambas manos al rostro, sirviendo como apoyo a su cabeza, mientras les miraba, sonriente. 

—Que no es una cita, Omega. —Quiso aclarar Hunter nuevamente.

—Esto es para evitar un ataque en grupo y se nos tome desprevenidos. Si atacan, tenemos mayor probabilidad de ganar con el enemigo disperso. —Tech tecleaba en su Datapad, mientras pensaba. —Lo adecuado será ir a lugares despejados, estamos en un planeta tranquilo, quizá ir al campo o a las praderas...

—Si, no suena para nada como una hermosa y romántica cita. —Dijo Omega, con sarcasmo y una sonrisa, dirigiéndose a su habitación.

—Como sea, mañana en la mañana hablaré con Nicky. Ustedes, apéguense al plan.

El escuadrón completo del Bad Batch se retiró a descansar aquella noche ante dichas palabras.

A la mañana siguiente, Nicky, bajando de Atlantis, notó que Hunter ya le estaba esperando. Con confusión reflejada en su rostro, se acercó inmediatamente a él, estaba realmente avergonzada, y necesitaba disculparse por la forma tan dura con la cual se había dirigido el día anterior, pero se vio interrumpida al ser el quien hablara primero.

—Antes de que digas algo, debo expresarte algo importante, Nicky. Mis hombres necesitan descanso, y ustedes también, han sido días productivos, pero también agotadores y llenos de estrés. Creo que el día de hoy en vez de enfocarnos en el plan, debemos relajarnos un poco.

Ella escuchó y asintió ligeramente. Sabía en sus adentros que lo decía también por ella, y que quizá sus reacciones ásperas las relacionara con estrés.

—Me parece una buena idea. Avisaré a mis chicas. —Apartando la mirada de él, volvió a entrar a su nave, para avisar a su tripulación del cambio de planes.

Hunter soltó un largo suspiro, esperando afuera. Una vez que la Twi'lek volvió, se miraron mutuamente.

—Bien, esta hecho. Descansaremos.

—Bien. —A punto de irse, volteó a verla. —Quizá, tu... quisieras... ¿Acompañarnos? —Le ofreció, dudoso. No sabía como reaccionaría a la invitación.

—¿Acompañarlos? ¿A donde? —Nicky alzó la ceja.

—Omega y yo tendremos un día de campo, y pensé en... que si quieres, puedes venir con nosotros.

—No me gustaría arruinarles un lindo momento entre hermanos.

—Si quieres venir, nos iremos en una hora. 

Hunter caminó de regreso al saqueador, mientras la twi'lek lo miraba fijamente. No podía negarlo, cada día le resultaba más y más difícil poderse resistir, qué pedazo de hombre era, tenía que intentar resistirse todavía más, o todo el recorrido de los últimos meses para poder cumplir su plan final de redención sería en vano. 

Pero algo quería hacerla aferrarse a esa pequeña chispa de esperanza que le gritaba por darse una nueva oportunidad de vivir.





The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora