Jojo y Crosshair

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Los pasionales amantes no habían tardado mucho en acordar en secreto su encuentro. Fingieron quedarse en la nave mientras el resto salía, y al quedarse solos, Cross abordó el Atlantis, para ir a visitar a su chica a la barra que ellas tenían a bordo.

La joven pelinegra preparó un par de tragos y se sentó al lado del francotirador. 

—¿Y si alguien viene y nos ve, Crosshair?

—Nadie vendrá, estarán fuera todo el día.

—¿Como lo sabes?

Se quedó callado, por poco olvidaba el plan 47 y 48.

—Solo lo se. —Dijo para después beberse todo el trago de un solo sorbo.

—Wow, eres rápido. 

—Lo aprendí de cierta cadete. —Dijo con una media sonrisa, acercándose peligrosamente al rostro de la gemela, rozando su nariz. Ella, sonriente, lo apartó con ambas manos y suavidad. 

—Cross, no creo que sea buena idea embriagarnos en la nave. ¿Que pasará si nos ven así?

—¿Eso importa? —Le respondió él, sirviéndole de la botella otro trago.

Y aunque estaba disfrutando realmente el momento y la compañía de Jojo, su plan consistía en embriagarla lo suficiente para que, si ella tenía información importante sobre las sospechas de traición, lo confesara sin necesidad de hacerle preguntas, o al menos, si lo preguntaba, que ella lograra olvidarlo después.

—Me importa, no quiero que Nicky me vea así, no otra vez. —Dijo, haciendo a un lado su copa.

—No estamos en entrenamiento ¿O si?

Aquello la convenció, era verdad. Eran días libres ahora. 

Tomó la bebida e intentó beberlo todo de un sorbo como él, pero terminó tosiendo.

—Creo que he perdido la práctica. —Se daba ligeros golpes en el pecho y carraspeaba, le había ardido en la garganta.

—Es hora de recuperarla. —Él se levantó a preparar más, utilizando los licores más fuertes que encontró sin que ella se percatara.

Una copa tras otra.

Ella se relajaba cada vez más, arrastrando sus palabras, riendo y perdiendo parte de su control motriz... y consciencia.

—Jojo, respóndeme algunas preguntas.

—¿Desssde cuando me llamas asssí? ¡Hip! ¿Cariño? Dime como sueles llamarme, Jo...

—Eso no importa ahora. 

—¿Qué? ¿Ya no te importo?

—Oh no...

Comenzó a llorar, se llevó ambas manos al rostro para cubrirse y limpiarse las lágrimas.

—Pensé que teníamos algo especial.

—Jo, escúchame... —La giro hacia él y se colocó a su altura.

—Crossy, cariño, te he extrañado tanto. —Ella apoyó el mentón en el hombro del soldado.

—Nos vimos ayer.

—Dame un beso ¿Si?

A este paso, la interrogación sería imposible.

Así que, al grano.

—Jo ¿Me traicionarías? —Pregunta directa y sin rodeos.

—¿Traicionarte? Hombre, eres ardiente, jamás. —Ella, sonriente, colocó ambas manos en los hombros del clon, dedicándole una mirada traviesa.

Ya sabía que lo era, pero esa respuesta no le ayudaba mucho.

—Y si me traicionaras... ¿Como lo harías?

La confusión y el enojo se reflejaron en el rostro de la ojiazul. Le retiró las manos de sus hombros y le miró seriamente, con un cambio repentino en la voz.

—¿Porqué me preguntas esas estupideces, Crosshair?

No, efectivamente, ella no era parte de la traición.

El clon suspiró. La había dejado realmente ebria, quería besarla como acostumbraban hacerlo en el cuarto de armas, pero no se aprovecharía de su estado. La cargó en sus brazos para llevarla hacia su barraca. Ella, riendo y dejando que su cabeza colgara, daba débiles patadas.

—¿A donde me llevas?

—Necesitas descansar, bebiste demasiado.

Trató de adivinar cual era su barraca. Entró en una, ups, no era. Trató en otra, tampoco. Finalmente, llegó a donde correspondía.

La recostó en su cama y le acomodó la manta. Después de acariciar su mejilla se levantó, pero antes de que pudiese alejarse más, ella alcanzó su mano y la sujetó.

—Crossy, espera...

El volteó y volvió a acercarse a la chica, mirándole atentamente.

—Sophie no es mi amiga...

—¿Qué?

—Ella no me quiere... no me soporta. 

Después de esto comenzó a llorar nuevamente, pero estas eran lágrimas diferentes, eran de dolor. Crosshair no pudo soportar verla adolorida, no de esa forma, por lo que limpió sus lágrimas con delicadeza, para después darle un beso, suave y tierno.

—A veces las personas no saben como expresar lo que sienten, Jo. —Le dijo, tratando de calmarla, sintiéndose algo identificado. El tampoco era el tipo más paciente y amable del mundo.

—Cross, es realmente un regalo de la fuerza haberte conocido... me gustas tanto. —Después de haber dicho eso, se quedó profundamente dormida.

Crosshair quedó pensativo, lo que comenzó como un simple impulso pasional, comenzaba a tomar forma y sentido. Pensó que dentro de poco se le pasaría, al igual que a ella y todo seguiría como de costumbre, pero no. Su presencia, su voz, su risa y su llanto comenzaban a impactar en él.

Ya no era solo un "besémonos por un rato y continuemos con el trabajo", todo se estaba convirtiendo en un "larguémonos juntos y vámonos a donde nadie pueda encontrarnos".  

En resúmen, un Crosshair en etapa temprana e inicial del enamoramiento despertaba.

Antes de abandonar la nave, algo en el camino lo tentó.

Se dirigió con rapidez hacia el panel de control y pilotaje, buscando pistas. Encontró un disquete con probable información dentro.

Lo tomó y se retiró nuevamente al saqueador.

The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora