Terror en Pabu - Parte final

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Robbie emergió lentamente de la oscuridad de su desmayo, sintiéndose aturdida y confundida. Escuchó una voz distante llamándola, una voz que parecía cortar a través de la neblina en su mente. Era la voz de Echo, llamándola con urgencia.

Con esfuerzo, Robbie abrió los ojos lentamente, encontrándose con la preocupada mirada de su esposo. La luz de sus linternas le lastimó los ojos mientras parpadeaba varias veces para aclimatarse al brillo. Se llevó una mano a la cabeza, sintiendo el dolor palpitante de la herida que había sufrido al golpearse con la roca.

—Robbie, ¿estás bien? ¿Puedes escucharme? —La voz de Echo sonaba preocupada y ansiosa, y Robbie notó el tono de urgencia en sus palabras.

Tratando de concentrarse a pesar del mareo, Robbie asintió débilmente. —Sí, estoy bien, Echo. —Respondió con voz ronca. —¿Los niños... están bien?

Echo le ofreció sus brazos para ayudarla a incorporarse, pero a su vez, giro su rostro hacia otra dirección, como si tratara de evadir la pregunta, la pelirroja frunció levemente el ceño al no obtener repuesta.

—Echo. —Lo llamó con firmeza. —¿Los niños están bien? —Reafirmó su pregunta, dejando en claro que esperaba que le respondiera.

—Fives y Rex están bien, Tech y Phee acaban de llevarlos a Alto Pabu con los demás, pero, Cherrie...

—¿Cherrie? ¡¿Qué con Cherrie?! ... —Preguntó, claramente alterada mientras Echo reflejaba pesar en su rostro.

—Cherrie... no está por ninguna parte, Robbie. Esta desaparecida.

El corazón de Robbie se detuvo por un momento al escuchar las palabras de Echo. Cherrie, su pequeña hija, ¿extraviada?. Una sensación de pánico la invadió mientras intentaba procesar la noticia.

—¿Qué quieres decir con que está desaparecida? —Preguntó en negación y con su voz temblando con angustia.

—Quiero decir... que es posible que mientras te esforzabas por mantener el campo de fuerza que los protegió del agua, es posible que ella haya salido él y el agua... se la haya llevado. —El clon buscaba las palabras más suaves y adecuadas para intentar amortiguar la noticia. En pocas palabras, quiso expresar que lo más probable es que la pequeña hubiese muerto. 

Las palabras de Echo golpearon a Robbie como un puñetazo en el estómago. El pensamiento de que su querida Cherrie podría haber perdido la vida en medio de la ola era demasiado doloroso para soportarlo. Un torrente de emociones la abrumó, y sin poder contenerse más, se desplomó en los brazos de Echo, sollozando desconsoladamente.

 Un torrente de emociones la abrumó, y sin poder contenerse más, se desplomó en los brazos de Echo, sollozando desconsoladamente

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—N-No puede ser... no puede... ser... —Murmuró entre lágrimas, con su voz quebrada por la angustia. Echo la sostuvo con ternura, sintiendo su propio dolor por la pérdida de su pequeña bebe, pero tratando de ser fuerte para su esposa en ese momento de desesperación.

Lenta y gradualmente, Echo se fue arrodillando junto a ella, quedando sentados en el suelo rocoso.

Robbie se aferró a Echo con desesperación, buscando consuelo en su abrazo mientras el dolor la consumía. Se sentía impotente, como si el mundo se hubiera derrumbado a su alrededor, y después de haber perdido el aire y el aliento, logro lanzar un grito que sonó más como un alarido de dolor.

The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora