Nicky, Omega y Hunter

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En ese día soleado, Omega ideó un plan para llevar a Hunter y Nicky a un pintoresco lago que había descubierto junto a Wrecker en un recorrido. Convenció a ambos para que la acompañaran en una pequeña excursión, prometiendo un día relajado junto al agua.

Mientras caminaban hacia el lago, Omega no podía ocultar su entusiasmo. —¡Este lago es genial! Hay un lugar perfecto para hacer un picnic y relajarnos juntos.

A pesar de la belleza del entorno, la tensión entre Hunter y Nicky persistía. Omega, sin desanimarse, insistió en que el día sería divertido y relajado. Llegaron al borde del lago, donde Omega desplegó una manta y sacó algunos bocadillos.

—Chicos, esto va a ser genial. Comamos algo y disfrutemos del paisaje —Sugirió Omega, tratando de crear un ambiente más relajado.

A medida que compartían historias y risas, Omega notó que Hunter y Nicky empezaban a relajarse. Decidió llevar las cosas un paso más allá.

—¿Qué tal si jugamos a Veo, Veo pero en versión acuática?—Propuso Omega, señalando el lago.

Ambos asintieron, y se dirigieron al borde del agua. La risa se apoderó de los tres mientras se concentraban e intentaban adivinar los objetos a través del reflejo ondulado del agua. A medida que la tarde avanzaba, la tensión inicial entre Hunter y Nicky comenzó a ceder.

Después de un rato, Omega sugirió: —Vamos a tomar un pequeño paseo por la orilla. ¿Qué les parece?

Aunque inicialmente dudantes, Hunter y Nicky aceptaron. Mientras caminaban por el lago, Omega les animó a hablar más entre ellos, compartiendo anécdotas y experiencias. La serenidad del lago parecía tener un efecto calmante en la dinámica del grupo.

Al regresar a la manta que habían extendido, Omega propuso jugar a la verdad o reto. A la luz del atardecer, se formaron en un pequeño círculo y comenzaron el juego. Las sonrisas y pequeñas  confesiones crearon un ambiente más íntimo entre ellos.

 Omega, siempre entusiasta, fue la primera en tomar la iniciativa.

—Bien, ¿quién quiere empezar? ¡Oh, yo lo haré!—Exclamó Omega, entusiasmada.

Hunter sonrió, y Nicky asintió con una mezcla de curiosidad y precaución. —Está bien, Omega. Adelante.

—Vamos a ver... verdad o reto, Hunter—Desafió Omega.

Hunter, acostumbrado a mantener una fachada de seriedad, pensó por un momento antes de responder: "Verdad."

Omega sonrió triunfalmente. —¡Bien! ¿Alguna vez has tenido miedo de algo que no puedas admitir frente al escuadrón?

Hubo un breve silencio antes de que Hunter soltara una risa ligera. —Bueno, no exactamente miedo, pero siempre me ha preocupado no ser lo suficientemente capaz de proteger a mi escuadrón.

Nicky, observando la interacción, notó un matiz de vulnerabilidad en la respuesta de Hunter. Era algo que no había visto antes, y su expresión se suavizó ligeramente.

Ahora era el turno de Hunter. —Vamos con verdad o reto, Nicky.

Nicky, decidida, eligió "verdad". Hunter le lanzó una mirada inquisitiva antes de preguntar: —¿Cuál es tu mayor temor en esta guerra?

Nicky se tomó un momento para reflexionar antes de responder con sinceridad: —Perder a alguien del escuadrón. Somos una familia, y la idea de perder a cualquiera de mi grupo... o ustedes... me asusta. —Un poco nerviosa, trató de aclarar lo que acababa de decir. —Bueno, ustedes también, entran en esa familiaridad, si es que lo ven así... ehm. 

La atmósfera se volvió más íntima, y Omega, sintiendo la conexión, sonrió ampliamente con aprobación.

Ahora era el turno de Nicky, y eligió "reto". Omega, siempre creativa, pensó un momento antes de decir: —Te reto a contarle a Hunter sobre tu mayor logro fuera del campo de batalla.

Nicky miró a Omega con sorpresa, pero aceptó el reto. Dirigió su mirada a Hunter y compartió una historia personal que mostraba su valentía y determinación en situaciones no relacionadas con la guerra. A medida que hablaba, Hunter escuchaba con atención, notando la fuerza y el coraje que Nicky exhibía incluso más allá de las batallas.

El juego continuó, revelando historias, secretos y risas compartidas mientras el sol se ocultaba lentamente en el horizonte. Al final de la tarde, aunque la tensión inicial no se había disuelto por completo, había surgido una conexión más profunda entre Hunter, Omega y Nicky. Mientras el grupo regresaba a la base, la esperanza de una comprensión mutua continuó flotando en el aire, como las suaves ondas que el lago había acogido durante ese día especial.Cuando el sol finalmente se ocultó, el trío regresó a las naves. Aunque las reservas de Nicky aún no se desvanecían por completo, el día en el lago había logrado acercarla un poco más a Hunter. Omega, satisfecha con sus esfuerzos, se retiró con la esperanza de que la conexión entre Hunter y Nicky continuara creciendo, al igual que las suaves ondas en el lago que habían compartido.

Cuando llegó el momento de despedirse. Omega se preparaba para volver al Saqueador, mientras que Nicky se dirigiría a su nave, Atlantis. Hunter se encontraba entre ambas, consciente de la conexión que se había fortalecido entre ellas y de la tensión persistente entre él y Nicky.

Omega, siempre optimista, rompió el silencio. —¡Bueno, eso fue divertido! Gracias a ambos por el día genial. ¡Nos vemos mañana soldados!

—Claro, Omega. Fue un día diferente—. Respondió Nicky con una sonrisa.

Omega se alejó para dirigirse al Saqueador, dejando a Hunter y Nicky a solas. La tensión entre ellos era palpable, pero en ese momento, algo en el aire sugirió la posibilidad de una re-conexión más profunda.

Hunter, buscando romper la barrera que había entre ellos, habló primero. —Nicky, sobre antes...

Ella lo interrumpió suavemente. —No hace falta, Hunter. Fue un día inusual, pero no está mal.

Hubo un breve silencio antes de que Hunter asintiera, pero sus ojos revelaban algo más. 

Con un último intercambio de miradas comprometedoras, Hunter y Nicky se dirigieron cada uno a su nave respectiva. Aunque las palabras no se pronunciaron, algo había cambiado en la dinámica entre ellos. El próximo día podría traer nuevos desafíos, pero en ese momento, un pequeño destello de entendimiento y posiblemente algo más se había encendido en la mirada compartida entre el líder del Bad Batch y la valiente líder de las Anclas Pink.


The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora