Decisiones importantes

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Advertencia de super lemon Crosshair x Jojo en este cap.

Jojo miró a Crosshair con una chispa traviesa en los ojos mientras jugueteaba con la idea de expandir la familia. Estaba decidida a convencerlo, pero Crosshair parecía reticente.

—Vamos, Cross, sería maravilloso tener un pequeño correr por aquí. ¿No te gustaría enseñarle a disparar desde temprana edad? —propuso Jojo, tratando de hacerle ver el lado positivo.

Crosshair frunció el ceño, claramente incómodo con la idea.

—Jojo, ya tenemos mucho en nuestras manos. No necesitamos más problemas.

Jojo suspiró, sabiendo que la conversación no sería fácil.

—No es un problema, Crosshair, es algo hermoso. Imagina cuánto amor podríamos darle a un pequeñito. Además, sería tu mini yo, ¿no sería adorable?

Crosshair resopló, pero una pequeña sonrisa se asomó en sus labios ante la mención de un "mini yo".

—Jo, no es el momento adecuado. Ya tenemos suficientes responsabilidades.

La discusión continuó, con Jojo intentando suavizar la postura de Crosshair y él resistiéndose a la idea de tener un bebé en ese momento. La pareja enfrentaba un dilema que solo el tiempo y la comprensión mutua podrían resolver.

Pero Jojo, con una mirada traviesa, decidió cambiar de táctica. Se acercó lentamente a Crosshair, rodeándolo con sus brazos y jugueteando con su cabello.

—Sabes, Cross, tener un bebé también significaría que podríamos... practicar para hacerlo. ¿No te parece emocionante? —dijo con una sonrisa pícara.

Crosshair la miró con sorpresa antes de fruncir el ceño, consciente de que Jojo estaba tratando de tentarlo.

—Jo, no puedes distraerme con esos juegos. La responsabilidad sigue siendo la misma.

Ella rió, disfrutando de su intento de provocar una reacción.

—Solo estoy diciendo que podríamos divertirnos mientras pensamos en el futuro. Además... dicen que hacer el amor puede ser beneficioso para reducir el estrés.

Crosshair la miró con una ceja alzada, sin estar totalmente convencido, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa ante la actitud juguetona de la pelinegra. Luchaba por mantener su determinación, pero las provocaciones de la ojiazul comenzaban a afectarlo. Sus caricias, su risa, y sobre todo, sus sugerencias audaces, lo empujaban cada vez más hacia el límite de su resistencia.

—No puedes seguir haciendo esto —dijo Crosshair con voz ronca, tratando de mantenerse firme.

Pero ella no se detuvo, sus manos continuaron tocándolo, explorando su cuerpo, colándose entre la ropa de su amado, avivando el fuego de la pasión.

—¿No te gustaría... intentarlo? —susurró Jojo, acercándose aún más a él, con su camisón medianamente abierto.

Crosshair tragó saliva, luchando contra sus propios deseos. Pero al final, la tentación fue demasiado fuerte. Cedió ante el deseo abrumador que lo consumía y se dejó llevar, se dejó caer en el sofá, pues era lo más próximo a él.

La ojiazul, con una amplia sonrisa, se sentó encima suyo, Crosshair inmediatamente la rodeó con sus brazos mientras comenzaba a llenar su cuello de besos, ella reía mientras sentía algunas cosquillas y por supuesto, por su victoria mientras hacía la cabeza a un lado. Podía sentir el miembro de su esposo, totalmente rígido debajo suyo. Algo que le encantaba de Crosshair era lo fácil que le resultaba provocarlo. Comenzó a estrechar sus glúteos intencionalmente contra la entrepierna del francotirador. Este, totalmente ya fuera de su razonamiento, metió las manos entre su ropa, algo que la tomó por sorpresa.

—C-Cross...

—¿Creíste que esto solo funcionaria conmigo, querida? —Le preguntó al oído, mientras sus manos comenzaron a acariciar, amasar y a estrechar sus pechos por debajo de la ropa. 

Ella, sonrojada, comenzó a soltar suspiros.

—Oh, Crosshair... —Cerró los ojos, aflojando su cabeza y echándola hacia atrás. 

Cuanto disfrutaba que la situación se saliera de control.

—S-Si... sigue, cariño, sigue... —Jadeaba ella, mientras una de las manos del clon comenzaba a colarse lentamente entre sus bragas, contuvo la respiración al sentir sus dedos colocarse en su zona, húmeda y palpitante. —O-Oh... —Gimió.

Ella estaba a su merced. ¿Quién era el victorioso ahora?

Crosshair comenzó a mover sus dedos, inició con un suave y lento masaje, la pelinegra comenzó a retorcerse en sus brazos.

—¡Mas rápido! —Le exigió, con la sangre concentrada en su cara.

Este atendió a su petición, moviéndose con un poco más de velocidad, podía sentirla disfrutarlo, pues sentía las palpitaciones en su mano, metió tres dedos, y exploró su pared pélvica haciendo círculos repetidamente. Ella jadeaba y gemía, retorciéndose y arqueando la espalda.

—Ah, ah... —gemía, poniendo los ojos en blanco y abriendo la boca, un rostro que al clon le excitaba.

Crosshair, sin poder resistirlo más, tuvo que desocupar sus manos para poder sacarle la ropa. La colocó con delicadeza boca abajo en el sofá y después de haberse despojado de su ropa, la penetro por detrás, sujetándola del cabello y comenzando lentamente a embestirla. En cuanto tomó velocidad, comenzó a hacerlo con más fuerza, gruñendo del placer. Ella estaba totalmente absorta, con los ojos cerrados, jadeando y sudando, recibiendo las fuertes embestidas de su esposo, abriendo las piernas cuanto podía y alzando sus blancos y bien formados glúteos.

El en el acto Crosshair era un salvaje. Eso le gustaba.

Llego un momento en el cual el clon ya no medía su fuerza, tomó firmemente sus piernas y la embestía con toda su fuerza, perdido en su placer, sintiendo la calidez y humedad de sus paredes interiores. 

Ambos llegaron al climax, ella gimió al sentir en su interior los ardientes fluidos corporales concentrarse en su cuerpo y un vórtice de sensaciones placenteras invadirla. El soltó largos suspiros, mezclados con gruñidos.

En cuanto comenzaron a relajarse, Crosshair salió del interior de su mujer, para después recostarse y tratar de recobrar la razón. Había caído totalmente rendido a los deseos de su esposa. Hicieron el amor, otra vez, después de haber discutido de un asunto importante.

Al parecer, debía aprender a hablar de decisiones importantes antes y no después del acto, o ella terminaría ganando, como siempre.

Al parecer, debía aprender a hablar de decisiones importantes antes y no después del acto, o ella terminaría ganando, como siempre

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The Bad Batch, Amor mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora