UNA SEMANA DESPUÉS.
—¡Mañana es la fiesta de disfraces! —Lisa me sarandea por los hombros.
—¿Fiesta de disfraces? —la miro sin entender.
—Sí. Es tradición. Vendrán muchos reyes, reinas, príncipes y princesas y lo más genial de todo es que hasta las empleadas nos podemos disfrazar. ¿No es fantástico? —me mira sonriente.
—¿Cómo así?. ¿También con la máscara?.
—Siiiii —Lisa volvió a sarandearme—. Imagina que se te acerque un apuesto príncipe o rey y te acorteje así disfrazada. Ahhhh –volvió a sarandearme.
—Lisa ya deja de sarandearme así. Me tienes mareada —reí levemente.
—Lo siento —sonrió inocente y luego soltó un pequeño gritito indicando cuan emocionada se sentía—. Nos darán el resto de la tarde libre para comprar los disfraces. ¿Nos acompañarás?.
—No lo sé. Yo tengo que cuidar al príncipe.
—Bueno —Lisa dió un aplauso emocionada—. Don't worry. Yo te compraré el disfraz y la máscara.
—Que no sea algo raro por favor —río levantándome de el taburete para llevarle el almuerzo a Yoongyu.
—Eish. ¿Por quien me tomas? —me miró indignada y sonreí para coger la bandeja con su comida y dirigirme hacia la habitación de Yoongyu.
Me preguntaba si a esta fiesta el pequeño iría. Digo. Tampoco es como si lo pudieran tener en la habitación mientras se celebra una fiesta tan animada. Mientras el comía fui a su closet revisando su inmensa cantidad de ropa.
Podía jurar que tenía más ropa que yo. Encontré muchos disfraces. Uno de spider-man. De seguro se le vería chulísimo. Otro de Peter Pan con el gorrito y todo.—Awww —de solo imaginarlo me daban ganas de abrazarlo.
Sin duda lo vestiré con el de Peter Pan. Se verá tan tierno.
¿O quizás con el de Batman?. De todas formas se verá monísimo.—Amore mío~ —sonrió ampliamente una Lisa asomando su cabeza al abrir la puerta de mi habitación.
Dejé de leer el libro que leía para verlo.
—¿Trajiste mi disfraz? —solo rezaba para que Lisa no haya comprado algo tan exagerado.Asintió sonriente y me tendió la bolsa.
—Vas a ver que hermoso. Y te va a quedar di-vi-no —se sentó en la cama viéndome sonriente.—Vale —murmuré y abrí la bolsa. Metí la mano y saqué el disfraz.
—Tachan —dijo ella emocionada—. Serás un ángel. ¿A que es hermoso?. ¿Ah?. Para que no digas –me señaló.
Saqué el vestido blanco. Incluso traía las alas. Saqué los zapatos los cuales parecían unos Dr Martens (aunque en realidad no lo eran), pero en color blanco.
—Hermoso ¿verdad?. Dime que te gustó —ella hace puchero.
Por último saco la máscara la cuál era dorada. Solo cubría los ojos.
—Está...hermoso.—¡Wiii! —gritó ella—. Lo sabía. Sabía que te iba a gustar. Ahora pruebatelo.
—No. Ahora no. Mejor espera a mañana —sonreí levemente viendo el disfraza. La miré a ella—. ¿Tu que disfraz vas a usar?.
—Tendrás que esperar a mañana —agitó su cabello como diva y asentí divertida para seguir viendo el disfraz.
Estaba hermoso.A la mañana siguiente me sentía emocionada y deseaba que llegara la noche para ponerme el lindo disfraz que Lisa había comprado para mi.
La verdad hoy todo estaba tan ajetreado. Todos preparaban el salón de baile real para el lugar. Más que vestirme yo misma de el disfraz de Angel que Lisa había comprado para mi, deseaba ver al príncipe Yoongyu con alguno de esos disfraces tan tiernos que tenía. Debía verse muy lindo.
Aunque para mi hoy era un día cotidiano, común e igual que todos los demás días anteriores, para los otros empleados no era tan así. Se sentían tan emocionados y organizaban el salón real con rápidez y entusiasmo. El Rey había viajado hace dos día a China y tenía entendido que llegaba hoy al mediodía. Me pregunto si participará en esta fiesta de disfraces. Tenía entendido de que vendrían personas conocidas e importantes al evento. Pero por otro lado, supongo que vendrá cansado y lo único en lo que pensará es en dormir luego de un viaje tan largo.
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rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)
Любовные романыPark DaHye es una chica de clase baja. Vive con su madre, su padre y su hermana mayor. Cuando nació, sus padres no estaban en condiciones de criarla, y vivió practicamente toda su niñez, y parte de su adolescencia en un convento para monjas. Allí se...