♡; Tres.

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—¿Te encuentras bien? —me pregunta Dahyun. Me zarandeó al ver que no le respondía sacandome de mis pensamientos.

—¿Que? —la miré.

—Que si te encuentras bien —dijo viéndome—. Has estado así desde hace rato.

—Uhm. Sí. Claro que estoy bien —forcé una sonrisa. Ella me vió extrañada y yo desvié mi mirada hacia la ventanilla nuevamente.

La verdad era que desde lo que pasó con el Rey me había quedado un poco...ida. En primera, porque lo miré a los ojos cuando no debía, segundo, porque cuando lo miré me estaba mirando también. No pude mirarlo muy bien ya que desvié la mirada en seguida pero, los cortos segundos que lo miré, fueron suficiente para que su rostro se quedase en mi cabeza. Ash Dios. Solo olvida eso.

Una vez llegamos a casa, mis padres aún no habían llegado. Dahyun entró a su cuarto, se dió un baño y volvió a salir (no sé a donde, pero al parecer no fue a ese "lugar"), yo me duché y comencé a adelantarle la cena a mamá. Mientras esta se iba preparando me senté frente a la mesa, y comencé a hacer el plan de estudios del Príncipe YoonGyu.
Traté de hacerlo lo menos cansado y corto para que no se agotara tanto. El niño era realmente una ternura. Lástima que ya desde pequeño tuviese su vida modificada.

—¡Llegué! —anuncia la voz de mi madre desde la entrada.

—Te adelanté la cena —le sonreí.

—Gracias cariño.

—¿Y papá? —le pregunto.

—Fue a pagar los gastos y eso. ¿Y tu hermana? —me mira mientras se sentaba sobre el sofá y quitaba sus zapatos.

—No sé. Solo entró y volvió a salir.

—Bueno...me iré a cambiar y termino lo que ya comenzaste.

—Está bien —le sonreí.

A la mañana siguiente, me levanté temprano y comencé a alistarme para irme al castillo. Ya que ahora además de cuidar el príncipe, una de las cosas que tenía que hacer era prepararle el desayuno y por eso tenía que llegar más temprano de lo que antes iba.

—Dahyun, levantate —muevo a mi hermana.

—Ay Dahye no seas fastidiosa. Dejame dormir —se dá la vuelta dandome la espalda.

—Llegarás tarde al trabajo, Dahyun —insisto pero ella se pone la almohada en el rostro.

Suspiré y cogí mis cosas para dejarla. Si no quiere ir su problema.

—¿Y tu hermana? —me pregunta papá cuando me ve llegar sola a la cocina.
Cogí una tostada y le puse un poco de mantequilla rápidamente.

—La llamé pero no despertó. Yo tengo que irme. Tengo que prepararle el desayuno al príncipe —muerdo la tostada y tomo un gran sorbo de jugo para acompañar.

—Está bien. Ve con cuidado —me sonríe mi madre.

—Tu hermana irá después. Pero ve tú. No pierdas tu trabajo por ella —mi padre acaricia mi mejilla y beso la mejilla de ambos. Salgo a pasos rápidos de la casa.

Tuve la suerte de tomar un taxi en seguida, y le pedí que me llevase al castillo. Este hizo la travesía habitual. Pasó por el puente, y luego el recorrido del bosque. Luego de unos quince minutos ya que el trayecto era un poco largo, se detuvo frente al inmenso castillo. Pagué y me bajé casi corriendo.
Lo primero que hice fue ir a la cocina.

—¿Te cogió tarde? —me pregunta Lisa quien también se encontraba allí.

—Sí. Tengo que hacerle el desayuno al príncipe —dejé mi bolso sobre un clavo que se encontraba en la pared donde se colgaban los bolsos.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora