♡; Cuarenta y dos.

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Dahye;

Una semana después...

Dahyun había decidido no ir a la tienda de conveniencia por eso me encontraba sola hoy en el lugar. Decidí comprar leche de banana, pagarla y sentarme a tomar de esta detrás del mostrador con el absorvente.

La puerta se abrió y entraron algunas chicas riendo mientras se dirigían a las estanterías por algo que comprar. Seguí en lo mío.

Ellas llegaron hacia el mostrador.

—Estos refrescos —dijo una.

—Enseguida —tomé estos y comencé a pasarlos para cobrarlos.

Cuando cobré todos se los tendí. Me agradecieron y siguieron su camino.
Me levanté de la silla y pagué un refresco para mi. Mientras tomaba de este por el absorvente saqué mi celular y sin poderlo evitar fotos de Mingyu comenzaron a llegar una tras otra. Apoyé mi mejilla sobre la palma de mi mano mientras veías las fotos de el en lugares como aeropuertos y otros lugares importantes.
Escogí una que llamó mi atención y la amplié detallando su rostro. Sin quererlo ni poderlo evitar un horroroso nudo se había instalado en mi garganta.
Había pasado una semana pero para mi era como si ayer hubiese sido el día que el me dijo que solo habia sido un "entreteniemiento".
Y la frase que utilizó: "las personas se aburren de lo que una vez les resultó divertido"; seguía sin creerlas y mucho menos pensar que el realmente tenía ese tipo de ideas hacia lo que tuvimos.

Inconscientemente llevé mi mano hacia mi cuello tratando de encontrar el colgante. Pero recordé que se lo había regresado. Suspiré.

—Solo superalo, Dahye —murmuré para mi misma.

Cerré la puerta a mis espaldas adentrandome a la casa.

—Bienvenida, cariño -me sonríe mamá.

—Toma. Compré esto de camino a casa -dije tendiendole el bolso con algunas guarniciones que compré.

Ella las aceptó sonriendo y analizó mi rostro.

—¿Todo bien? -me preguntó.

—Mhm -force una sonrisa.

Ella arqueó una ceja desconfiada.

—Te he visto decaída y deprimida desde que regresaste del palacio -comenzó a decir-. ¿Hay algo que no me hayas contado?

Negué -No pasa nada... solo me siento cansada -mentí-. Bueno...me ducho y vengo a ayudar en la cena.

No comí mucho durante la cena.

La verdad en estos días me sentía con muy poco apetito.

-¿Seguirás dejando la cena? -pregunta papá.

-No tengo hambre -dije.

-Pero es que has estado comiendo poco. Y te enfermerás -continuó diciendo el.

-No te preocupes. Estoy bien. Cuando terminen dejen los platos ahí, yo fregaré -añadí la forzosa sonrisa a la que me había acostumbrado ya que mi actual humor era una mierda.

Mientras fregaba algo sumida en mis pensamientos escuché las noticias que veía mi padre junto a mamá ya que Dahyun se había ido hacia su habitación.

-Vaya... nosotros creíamos que era demasiada coincidencia todo -se escuchó desde la sala.

-Sí. La verdad es que...estoy en una relación con la princesa de Japón, Hirai Momo -al escuchar esa voz me detuve en lo que hacía.

Y aunque no pude evitarlo mis pies terminaron dirigiendose hacia la sala poniendome frente a la televisión dónde se mostraba una entrevista de Mingyu y a su lado estaba la japonesa.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora