Mingyu;
Mi semana empezaba a ser ocupada como todas las anteriores. Reuniones, visitas a hogares, escuelas, centros; viajar a otras ciudades del país para visitar esto...hacer lo otro. Al menos el regreso de Seokmin lo hacía más entretenido.
Miré el calendario en mi celular. Una semana más y llegaría otro aniversario más de la muerte de YoonHee. Suspiré y dejé caer mi rostro sobre la palma de mi mano. La extraño tanto. Todo sería tan diferente si ella estuviera aquí.
La puerta fue tocada e indiqué que pasaran.—Alteza —el señor Kang me hace una reverencia—. ¿Listo para su entrevista?. Los periodistas acaban de llegar.
—Está bien —murmuré levantándome.
—Elegimos hacerla en los jardines. ¿Le parece bien así? —asentí ante su pregunta para dirigirnos hacia el jardín.
Al llegar, los periodistas se encontraban sentados en unas sillas preparadas para esto exactamente. Al notar que yo llegaba se levantaron y me hicieron una reverencia. Yo tomé asiento en el banco que se encontraba justo delante de todas las sillas en las que ellos estaban sentados.
—Rey nos sentimos muy emocionados por hacerle una entrevista nuevamente —dijo una periodista—. Ya hacía mucho tiempo desde la última.
Sonreí cortamente.
—Adelante. Pueden empezar con las preguntas —respondí y ellos asintieron.
Prepararon cámaras, micrófonos, grabadoras y laptops para captar todo lo que yo diría a partir de este momento.Da-hye;
—Es tan apuesto —murmuran todas las empleadas mientras miraban al Rey por las ventanas de la cocina que daban hacia el jardín dónde al parecer le hacían una entrevista.
—Que suerte que tengas que ocuparte ahora también de cuidar su cuarto y ese tipo de cosas —me mira una.
—¿¡Se puede saber que están haciendo!? —un grito por parte de la señora Min retumba en la cocina y todas dejan de mirar por la ventana para girarse y bajar la cabeza—. Si tuvieran esa disposición para otra cosa que bueno fuera –niega–. Hagan su trabajo y dejen de ver por la ventana.
Todas asienten y ella sale de la cocina. Al instante todas nuevamente fueron a ver hacia la ventana y reí divertida. Decidí salir de allí e ir a la biblioteca para buscar otro libro infantil para leerle al pequeño YoonGyu.
Decidí escoger esta vez El Patito Feo de Hans Christian Andersen. De seguro le va a gustar mucho.
Al pasar a su cuarto, Tiffany ya terminaba de darle la clase de piano.—Tu padre se pondrá muy feliz si te aprendes bien esa pieza. A parte no es tan difícil, príncipe. Así que pon de tu parte.
Yoongyu solo la observó. Ella suspiró y miró mis manos con el libro.
—Por eso es que el príncipe no se concentra. ¿De verdad le das otras materias o solo te dedicas a leerle libros infantiles? —arquea una ceja mientras cruza sus brazos.—Deberías leer alguno tú. Bien que podría servirte —contesté.
Ella rió de su lado con sarcasmo y recogió sus cosas para irse.
Yoongyu me observaba curioso. Me senté a su lado en la banqueta del piano. Le enseñé el libro.—¿Conoces al Patito Feo? —le pregunto.
—¿Un patito feo?.
—Sí. Un Patito que nace siendo muy feo. Y por eso muchas personas le daban de lado. Lo leeremos por la noche. ¿Quieres?.
El asintió emocionado y agité su cabello enternecida.
—Pero ahora debemos estudiar.
El volvió a asentir y le sonreí.
UNA SEMANA DESPUÉS
—Hoy es el día —me mira Lisa una vez que entré a la cocina.
—¿Día? —la miré sin entender.
—Sí. El aniversario de la muerte de la Reina Han YoonHee —susurra.
—Ah...—musité—. ¿Y...que pasa ahora?.
—Pues tenemos que llevar una rosa cada uno hacia la tumba de ella y ponernos en unas hileras tras el Rey. En tu caso...debes de estar delante con el Príncipe en manos —me mira ella.
Asentí lentamente. La señora Min no tardó en llegar e informarme de todo mejor. Hoy el día no parecía igual al de los otros. Es como si hasta el tiempo se hayase detenido. Ni siquiera las hojas se movían, no había aire. Todo lucía tan tranquilo. Realmente era un día muy triste.
Fui por Yoongyu y luego de que despertara, lo bañé y lo vestí con una ropa acta para esto y de color negro. El posiblemente no supiera exactamente a donde iba a ir, pero tendría que darse cuenta con el paso del tiempo.
Una vez lo peiné y estuvo listo, lo cargué. Salí del palacio y me uní a los demás empleados. Todos traía una rosa; estábamos parados frente al palacio esperando la indicación para dirigirnos al cementerio.No tardó en salir el Rey Mingyu; traía un cubre-bocas. Vestía completamente negro. Su cabello casi cubría sus ojos. Y no sé...pero justo hoy se vió mucho más triste. Normalmente sus ojos no parecían tener brillo alguno. Pero esta vez era mucho peor que las anteriores.
En mi caso, yo fui en un auto a parte; uno que iría con el rey atrás. Los demás empleados irían en otros.—¿Dónde vamos noona? —me pregunta Yoongyu una vez que el auto emprende marcha.
—Ya verás pequeño —le sonreí cortamente y el se me quedó viendo.
Al parecer el aniversario de la muerte de la Reina, se conocía en toda la ciudad. Ya que por dónde pasabamos, habían personas en la calle con sus miradas bajas. Desde los balcones de los edificios, las personas hacían una reverencia y se mantenían así hasta que el Rey pasara. Luego de la larga travesía, llegamos al Cementerio Real donde estaban todos los antecesores y los reyes y reinas de la anterior generación.
El chófer abrió la puerta para mi y me bajé con cuidado. Muy adelante, ví al Rey con el chico llamado Seokmin a su lado mientras palmeaba de forma de consuelo su espalda.
Se adentraron y luego todos los demás hicimos lo mismo.Caminamos en filas, hacia una lápida especial. Pude leer claramente el nombre de la Reina sobre esta.
Los demás empleados se pusieron en fila recta tras de el Rey. Y yo en un costado de esta fila pero más adelante. Seokmin le entregó un gran ramo de flores al Rey Mingyu y este la aceptó.
Yoongyu miraba todo sin entender.—¿Noona? —me mira.
—Shh —lo miro.
El se me queda viendo y luego mira a su padre quien se encontraba frente a la lápida, dejando el ramo de flores frente a esta. Me le quedé viendo exactamente a él. ¿Estaba llorando?. Era difícil verlo ya que traía cubre-bocas y a parte de eso, el pelo le cubría demasiado sus ojos. Pero al ver como pasaba el dorso de su mano sobre sus ojos comprobé. Agitó un poco su cabeza mirando fijamente la lápida. Y en el fondo de mi corazón, me dolió verlo así.
Parecía vulnerable.Seokmin le preguntó algo y el asintió. Luego se dirigió hacia la señora Min y esta volvió a asentir.
Comenzó a pedirle a los criados que se fueran; se acercó a mi.—DaHye, tu quedate aquí ¿está bien?.
—¿Con el príncipe?.
Ella asintió y salió. Me quedé extrañada. El Rey bajó su cubre-bocas y luego vino hacia mi.
—Yoongyu, ven —lo cargó y aproveché para ver su nariz algo roja. No mucho.
Yoongyu abrazó el cuello de su papá y el lo llevó hacia allí.El chico llamado Seokmin vino hacia mi y se puso a mi lado.
Ahora eramos solo nosotros los que estábamos aquí.—Una escena triste ¿verdad? —me mira él.
Asentí lentamente. Demasiado triste.
ESTÁS LEYENDO
rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)
RomansaPark DaHye es una chica de clase baja. Vive con su madre, su padre y su hermana mayor. Cuando nació, sus padres no estaban en condiciones de criarla, y vivió practicamente toda su niñez, y parte de su adolescencia en un convento para monjas. Allí se...