♡𝅼; Treinta y seis.

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Dahye;

Yoongyu se había ido a dormir temprano, o bueno, yo tuve que hacer que fuera a dormir temprano ya que tenía que ayudar a las demás empleadas con la cena y preparar algunas cosas para el baile que se realizaría.

Luego de organizar toda la cena, los invitados fueron a dentrandose al comedor real mientras yo me posicionaba junto a las demás empleadas.

Se supone que iba a llevar la cena a Mingyu y pasar tiempo con él. Pero debido a esto, todo resultó diferente. Mingyu no tardó en hacerse presente y debo admitir que me molestó un poco ver a la princesa japonesa sujetarlo por el brazo. Y una vez más de esta forma me daba cuenta de que no tenía nada que ver con Mingyu. Siendo sincera ¿podría yo andar con el de esa forma?. No. De ningún modo.

De un momento a otro, mi garganta se sentía pesada. Aún así tragué fuertemente y mantuve mi mirada baja durante la hora que duraría la cena.
Duraría mucho más todo el sufrimiento, porque hasta tendría que posiblemente verlos bailar.

Mingyu;

Apenas entré al comedor divisé a Dahye en una de las filas de las empleadas. Desvié la mirada y seguí mi camino junto a la princesa Momo que había decidido entrar conmigo de esta forma.
Ya estaban los invitados; tomamos asientos y luego algunas criadas comenzaron a servirnos. Durante la cena miré mucho a Dahye. No me gustaba verla así, de esa forma. Me resultaba algo molesto.

—Rey Mingyu —la princesa Momo me hace verla.

—¿Si?.

—Brindemos —sonríe mostrando su copa con algo de vino.

—Ah, sí —fuerzo una sonrisa y cojo mi copa.

Luego de la cena, proseguimos todos a pasar al gran salón para el baile. Muchos de los invitados quisieron bailar con la princesa pero esta se rehusó totalmente.

—Me gustaría iniciar el baile con usted, Rey Mingyu —me sonrió ella.

—No me gusta bailar. Gracias —contesté tratando de ver a Dahye por algún lugar.

—No sea así por favor. Me haría quedar mal —me jaló hacia el medio del lugar.
Ya por cortés tuve que bailar la balada que se sentía de fondo junto a los demás presentes que nos rodeaban.

—¿Busca a alguien? —la princesa Momo me saca de mis pensamientos luego de unos minutos.

La verdad solo me muevo por moverme. Estaba buscando con mis ojos a Dahye. ¿Será que no está aquí?.

—Admitiré que sí —dije sin pudor alguno.

Ella arqueó una ceja —Vaya. Me siento celosa.

—No debería. Usted y yo no somos nada —contesté sinceramente.

—Aún —sonrió ella.

No dije nada. Luego de unos cortos minutos más le hice una reverencia.

—Creo que ya es suficiente —y me dirigí hacia la mesa de las bebidas para tomar algo.

Tomé un sorbo de champán, y como si mis ruegos fueran escuchados, Dahye apareció con una bandeja mientras entregaba platillos. Me acerqué a ella una vez que se alejó de las personas.

—Deja eso —tomo la bandeja y la pongo sobre una mesa.

—Uh. ¿Q-que haces? La gente nos está viendo —murmuró ella viendo a su alrededor algo apenada.

—Concedeme un baile —la llevo hacia la pista.

—Mingyu dejame —murmuró ella tratando de soltarse de mis brazos.
La pegué a mi, con una de mis manos rodeando su cintura mientras nos movíamos -en todo caso- yo hacia que ella se moviese al compás de la suave música que se escuchaba ahora.

—¿Que estás haciendo? Dios —murmura ella con su rostro escondido aún sobre mi pecho.

—Nada. Bailando.

—Sí. ¡Eso lo sé! —murmuró irritada—. Apuesto a que nos están viendo miles de personas. ¿Que pensarán cuando vean a una empleada bailando con el rey?.

—La verdad si nos están mirando —dije sinceramente. Era cierto que las personas me observan con curiosidad. Sobre todo por bailar con ella—. ¿Pero y qué tiene?.

Ella se separó. Cuando la luz dió a sus ojos noté que estos estaban algo llorosos.

Me detuve —¿E-estás llorando? —pregunté en un susurro. ¿Por qué lloraba?. ¿Tan malo fue haberla sacado a bailar?.

Simplemente me empujó y salió corriendo del lugar. Intenté ir tras de ella pero la princesa Hirai se puso delante de mi.

—¿A dónde va, rey?. Hay unos invitados que quieren saber que clase de compromisos formarán nuestras naciones —ella me miró seria.
Suspiré profundamente.

Vería a Dahye después. No me quedó más remedio que asentir y seguirla a ella hacia los invitados.

Momo;

Me dió tanta rabia ver al Rey Mingyu bailar con esa Dahye. ¿Por qué?. ¿¡No entiendo que tiene ella!?. ¡Nada!. Sin embargo...¿cómo puede hacerlo delante de todos aquí?

Cuando ella se fue corriendo, al parecer llorando, que el iba a seguirla detuve su paso.
Parece que mi estrategia primera no funcionó. Si ella no abandonaba el palacio por las buenas (con todo y que dijo que lo haría) hasta un tiempo determinado, yo no podía sentarme a esperar. Tenía que ir haciendo de las mías.

Dahye;

¿Podía sentirme más ridícula?

Pegué mi cabeza a la puerta cerrada una vez que me adentré a mi habitación. Limpié con el dorso de mis manos mis mejillas.

Me sentía tan patética justo en este momento. ¿Por qué el tuvo que hacer eso?. ¿No se dá cuenta de que duele más así?. Yo en ese momento era una empleada bailando con el Rey de Corea.

Dios...si que soy estúpida.

Me dí una ducha. Tenía hasta dolor de cabeza. Me pasé unos largos minutos bajo la ducha mientras dejaba que el agua que caía se mezclara con mis lágrimas. Me puse un pijama abrigado y luego me acosté a dormir.

( ♡ )

—Dahye, ahora mismo me dirás que tienes con el Rey —dice Lisa atrapandome durante una leve caminata que había decidido hacer por el bosque.

—No tengo nada con él.

—No te creo —dijo ella girando su cabeza en total de negación.

Suspiré —Solo...no se lo digas a nadie ¿puedes?.

—Lo juro.

—Somos...novios. Hace más o menos un mes.

Ella abrió su boca asombrada.

—Así que por eso...¿a veces no dormías en tu habitación?. Pasabas el tiempo con él —comenzó a hacerme cosquillas.

Reí levemente y asentí —Mhm. Así es.

—Wow~ —suspiró ella—. Ayer fue muy bonito como te sacó a bailar. ¿Pero por qué huiste?.

—¿Y que iba a hacer? —pregunté casi para mi misma—. Lisa, soy una empleada de su palacio. Es patético.

—Pero el te gusta ¿verdad?

—Sí —suspiré—. Mucho.

—¿Entonces? No te entiendo —negó ella con un puchero.

—Que el y yo no podemos llegar a nada. No soy princesa...ni siquiera tengo ascendencia Real así que...es imposible —me encogí de hombros.

Lisa se puso delante de mi deteniendo mis pasos.

—¿Y sólo por eso lo dejarás?.

—Trataré de que tenga una buena relación de padre e hijo con Yoongyu y luego me iré.

—No hagas eso. ¿El lo sabe? —arqueó ella un ceja.

—No. Pero es lo mejor —murmuré.

—¿Dejarás que esa falsa japonesa se quede con el? —ella me vió.

—No se trata de quien se quede con él. Se trata de no salir lastimado ninguno de los dos.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora