♡; Cuarenta y Cuatro.

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Dahye;

Caminaba por los pasillos del palacio viendo este lentamente. La verdad había extrañado los pasillos largos y fáciles de hacerte perder. A Mingyu no lo había visto en el día, ya que por lo que supe, tuvo que ir a realizar algunas cosas reales importantes.

Miraba hacia el piso sumida en mis pensamientos sin darme cuenta de que la princesa japonesa venía hacia mi.

—Hola Dahye —llamó mi atención hablando con una voz bien fingida e hipócrita.

—Hola —hablé cortante.

—Quedé muy sorprendida cuando comencé a vivir aquí y me enteré de que te habías ido. Vaya...que pena —se puso una de sus manos sobre su pecho y simuló lástima—. Debió ser díficil para ti enterarte de que el Rey Mingyu te dejó por mi.

Arquee una ceja al escucharla y reí levemente.

—Realmente me dá igual eso. ¿Sabes por qué? Porque de igual forma sigues siendo patética —solté.

La sonrisa de superioridad que traía en su rostro desapareció. Quise esquivarla para seguir mi camino pero ella lo impidió.

—Yah —con sus dedos empujó mi hombro haciendome retroceder un poco—. Desde un principio fuiste inteligente ¿no?. Por medio de el príncipe te ibas a acercar al rey. Querías encariñar al niño para que de una forma u otra pudieses volver cuantas veces quisieras.

—No soy como tú —solté.

—Ah. Claro que no —rió—. Yo soy una princesa y tu una empleada de clase baja. Obvio que no somos iguales. Y, lo más lindo es que yo me quedaré con el rey. ¿Sabes por qué?. Porque me casaré con él.

¿Casarse con el?

En el fondo esa idea me molestó. Pero venga...ya terminamos ¿no?. Si el desea hacer su relación con la princesa más verdadera a mi no debe importarme.

—Espero que sean felices entonces —hablé y la esquivé para sacarmela de una vez por todas de encima.

( ♡ )

—Me miraba con el martillo en la mano, los dedos negros por la grasa y con medio cuerpo dentro de algo que le parecía muy feo.

–¡Hablas como las personas mayores!
Me avergonzó mucho e implacable, añadió:

–¡Todo lo confundes…! ¡Todo lo mezclas…!
Él estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados.

–Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha aspirado una flor, nunca ha observado una estrella, nunca ha querido a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sumar y restar. Y todo el día repite como tú:
"¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!"… Y esto lo llena de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!

–¿Un qué?

–Un hongo.

El principito estaba pálido por el disgusto.
–Hace millones de años que las flores fabrican espinas.
Hace millones de años que los corderos se comen las flores. ¿Y no es serio intentar comprender por qué las
flores hacen tanto esfuerzo en fabricar sus espinas si éstas —Yoongyu me vía muy curioso mientras le leía el libro—...no van a servirles para defenderse? ¿Es que no es importante la guerra entre los corderos y las flores? ¿No es esto mucho más serio y mucho más importante que las sumas de un señor gordo y colorado?... Y… si yo conozco
una flor única que sólo existe en mi planeta y sé que un corderillo puede destruirla sin ni siquiera darse cuenta ¿es qué esto no es importante?
Enrojeció aún más y prosiguió:
–Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre millones y millones de estrellas, es suficiente mirar al cielo para ser feliz pues puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, será tan doloroso como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y… esto tampoco es
importante?.

Iba a continuar leyendo cuando el me interrumpe.

—Mi appa es como el principito —dice él.

—¿Ah, si? —lo observé curiosa. El asiente una y otra vez.

—El cuida mucho las rosas del jardín.

—Ya veo —lo miré enternecida.

—Usted sería la rosa.

—¿Yo? —me señalé divertida.

Asintió una y otra vez.

—¿Por qué yo? —lo miré.

—Escuché mucho a appa decir que debía cuidarla a usted. Así como...el principito cuida a la rosa que ta' en su planeta —me miró con los ojitos brillando.

Mingyu;

Apoyé mi espalda en la pared oyendo lo que decía Yoongyu.

—Escuché mucho a appa decir que debía cuidarla a usted. Así como...el principito cuida a la rosa que ta' en su planeta.

Sonreí levemente. ¿Así que pasé a ser el principito y Dahye la rosa?.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora