rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)

♡; Veintiocho.

                                  Da-Hye;

¿Hice bien cierto?. Independientemente de que su esposa está muerta el sigue sintiendo algo por ella. Incluso me dí cuenta de que usaba aún el anillo. Mordí mi labio inferior dejando caer mi cabeza sobre las palmas de mis manos.
¿Y si esto es solo atracción?. Tal vez no es nada en serio. Sin embargo ya era demasiado tarde para cambiar lo que sentía por él. La forma en la que me besó ayer seguía en mi cabeza. ¿Que se supone que deba hacer?.

—¿Te encuentras bien? —Erick se me acerca.

Me encontraba sentada en un banco de los que estaban en el jardín; el tomó asiento a mi lado. Me sonrió.

—Sí. Todo está bien. Es solo que me siento un poco cansada —mentí.

—Uh. Ya veo. ¿Tiene que ver con tu trabajo aquí? —cuestionó.

—Algo —musité. Lancé un suspiro—. En fin. Pasará.

—Seguro que sí —me sonrió.

—Bueno ya el príncipe debe haber terminado sus clases de piano. Nos vemos luego —me despedí de él para dirigirme hacia el palacio.

Al entrar Tiffany ya se iba. Me miró con cierto fastidio y salió por completo de la habitación.
Le sonreí a Yoongyu, y luego de coger algunos libros comencé a estudiar con él.

—Ahora dime los números —miro a Yoongyu.

—Uno...dos...tres...—asentí mientras lo escuchaba—...cuatro, shinco, sheis, shiete, ocho, nueve y diez –muestra sus diez deditos.

Aplaudí sonriendo —Wow. Ya te los aprendiste bien. Y no te saltaste ninguno –lo señalé y el sonrió ampliamente.

Luego de darle las clases a Yoongyu, dejé que viera un poco animados infantiles mientras organizaba su habitación. Lo dejé viendo estos y bajé para preparar su cena. Una vez puse todo sobre la bandeja me dirigí hacia su habitación.
Sentí mi corazón detenerse por unos segundos cuando ví al Rey ahí. El me miró levemente y yo tragué fuertemente para ir hacia Yoongyu con la bandeja. La puse encima de la mesita de cristal.

—Yoongyu, vamos a bañarte primero antes de cenar.

—Pero appa-

—Appa estará aquí cuando salgas —habló el Rey Mingyu pero no lo miré.
Yoongyu dejó que lo cargara y lo llevé a la tina. Luego de ducharlo, lo sequé y le puse un pijama con dibujos de avioncitos. Lo llevé nuevamente de regreso a su habitación y como había dicho él, aún estaba allí. Sentía su mirada en mi todo el tiempo mientras le dí la cena a Yoongyu y limpiaba sus labios con una servilleta cuando se ensuciaba.

—Un cuento, un cuento —me mira cuando lo arropaba.

—Y-yo tal vez no-

—Puedes leerselo —dijo él interrumpiendo mis palabras.

Yoongyu me miró con sus ojitos brillando y me dirigí hacia su pequeña estantería para coger uno de los ya tantos libros infantiles que poseía.

Escogí el Principito.

Era bastante amplio pero ya me encargaría de dividirlo en partes para leerselo. Comencé a leer el libro mientras el me miraba curioso; aún tenía la mirada del Rey encima de mi y a veces lo observaba y lo encontraba con una ceja arqueada mirandome.
Me daba un poco de vergüenza que me mirara tan fijamente pero bueno. Sólo debía leer un poco más hasta que Yoongyu se durmiera y así saldría de la habitación.

Luego de una media hora más o menos de lectura, Yoongyu se había dormido profundamente. Terminé de subirle el edredón para arroparlo mejor y luego guardé el libro en la estantería.