♡; Veintisiete.

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                                Da-hye;

Luego de lo que ocurrió con el Rey, que me dijo que le gustaba, el beso y en fin, todo lo que pasó, no pude sacarlo de mi cabeza. Sinceramente, ese último acontecimiento me había dejado flotando en el aire. Y se sentía bien. Nunca me había sentido así. De hecho, se podría decir que esta había sido la primera vez que me había gustado una persona de esa forma.
Por otro lado pensaba, ¿que se supone que pasará cuando el regrese luego de un mes?.
Tenía muchas dudas armadas en mi cabeza. Entre todas esas, estaba tambien su difunta esposa (La Reina YoonHee). ¿Él la sigue amando no?. ¿Entonces si es así que seré exactamente yo para él?. El me dijo que le gustaba, pero el ama a su difunta esposa aún.
Cuando se metía esa duda en mi cabeza realmente me pasaba horas debatiendo eso interiormente.

—¿El Rey viaja siempre tanto tiempo? —le pregunto a Lisa en lo que recogíamos algunas ropas secas para guardarlas.

—Creo que en un año viaja como diez veces de esa forma. Suele quedarse un mes o dos en otros países —habla ella y asiento lentamente.

¿Viaja tanto realmente?. Entonces eso significaba que no lo vería mucho durante el tiempo que se quedará aquí. Por dentro me sentí algo triste.

Cuando entraba a su habitación a veces enviada por la señora Min, obvio, miraba hacia la cama y recordaba cuando el me jaló por la cintura y me sentó encima de sus piernas para besarme. Inmediatamente sentía mi rostro arder; pero mi corazón palpitar con demasiada fuerza. Realmente me era difícil no pensar en él durante todo el día.
¿El pensará en mi así como pienso yo en él? ¿O seré la única tonta que suspira por los pasillos?.

Japón, Tokyo.

                                  Mingyu;

Jugaba con un bolígrafo en mis manos mientras los otros Reyes de Japón se ponían de acuerdo en algunos asuntos.

Dahye, Dahye, Dahye.

No salía de mi cabeza. Agité mi cabello pensando en sus labios. ¿Era normal que me apeteciera tanto besarla? No. No podía ser.
Recordé cuando la ví vestida de Ángel en la fiesta de disfraces. ¿Cómo alguien podía parecer un verdadero ángel?. Cerré mis ojos y suspiré. Miré a mi alrededor y la mayoría de Reyes me observaban con una ceja alzada.
Sonreí inocente y decidí concentrarme en lo que hablaban.

Cuando llegué a el hotel en el que me quedaba, que dejé caer mi cuerpo encima de la cómoda cama, que cerré mis ojos nuevamente vino su rostro y sobre todo su sonrisa. Tenía una sonrisa tan hermosa. Y sus labios. Maldita sea con sus labios.
Me pegué la almohada en el rostro. ¿Por qué estoy siendo así?. Parezco un jodido adolescente hormonal. Como si nunca hubiese dado un beso.
Lancé un suspiro y me levanté para ir al balcón de la habitación y mirar la bonita vista que me regalaba Japón.

( ♡ )

—Rey Mingyu es un placer tenerlo en nuestro país —me sonrió ampliamente el Rey Hirai.

—Gracias a usted por permitirme la visita —respondí—. Japón es un país hermoso.

—Nos alegra que su estancia sea buena —me sonrió entonces la Reina Hirai y le sonreí en respuesta.

Casi a los segundos sentí unos pasos dirigirse hacia nosotros, y me giré para ver de quien se trataba, encontrando a un chica de pelo negro por los hombros.

—Hija, que bueno que viniste —habló su padre.

—Lo siento papá. No sabía que ponerme para recibir al Rey de Corea —llegó ella y me sonrió.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora