♡; Quince.

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Da-hye;

—¿¡Se puede saber que está pasando aquí!? —exclama la señora Min haciendo que me detenga.

—S-señora Min —murmuro.

—¿Y bien? —cruza sus brazos esperando.

—Nada. No estábamos haciendo nada —lanzo la manguera hacia atrás.

Ella abrió su boca completamente asombrada mientras miraba hacia tras de mi.

—R-Rey Mingyu —murmuró con sus ojos abiertos.

Oh-no.

Me giré lentamente deseando que no hayase pasado lo que estaba pensando. Me encontré al Rey Mingyu con su ropa toda mojada. Al parecer cuando tiré la manguera el había acabado de llegar y esta le mojó prácticamente casi toda su camisa blanca. El presidente de Ilsan, Jeon Wonwoo, también estaba sorprendido.

—Lo siento mucho —me incliné e hice una reverencia.

Planee quedarme así hasta que el me dijera algo como "es suficiente", pero la verdad habían pasado como tres minutos y el no había dicho nada.
Levanté mi cabeza lentamente viendolo totalmente enfadado. Se notaba que se estaba conteniendo mucho.

—Parece que sueles...acercarte mucho al peligro —dice viéndome serio.

Tragué fuertemente —No era mi intención. Lo siento. No sabía que estaba detrás de mi.

—Claro. Así como yo tampoco sabía que ibas a lanzarme la manguera —dijo obvio y mordí mi labio inferior.

—Rey Mingyu diga que quiere que haga con estos dos —dice refiriendose a mi y a Erick—. Los puedo despedir si usted desea.

—No no. No es necesario eso, señora Min. Yo fui quien...empezó todo —dijo rápidamente Erick.

—¡Callense! —exclamó. Luego miró al Rey. Yo más avergonzada no me podía sentir. ¿Y si ahora me enviaba al calabozo?—. Espero su orden, Alteza.

Miré a el Rey Mingyu levemente y el solo me miraba fijamente a mi como pensando que haría conmigo.

—No es necesario que los despida —dijo luego de unos minutos sin despegar su mirada de mi persona—. Le dejo al encargado de los establos a usted, señora Min. Yo me encargaré de la señorita Dahye –tragué fuertemente al escucharlo decir eso. Luego se giró hacia su amigo. O sea, el presidente Wonwoo–. ¿No te importa esperar a que me cambie?.

—Claro que no. Tomate tu tiempo —sonrió mostrando su perfecta sonrisa.

Él volvió a mirarme —Sigueme –comenzó a caminar.

Mordí mi labio inferior y corrí hasta alcanzarlo. Empecé a jugar con mis dedos mientras nos dirigíamos hacia el castillo nuevamente.

—¿Me va a encerrar en ese calabozo que dice? —pregunto rezando interiormente que diga que no.

El siguió caminando sin dirigirme la palabra. Los empleados con los que nos encontrábamos en el camino le iban haciendo una reverencia al Rey, y se me quedaban viendo confundidos.

Tranquilos. Yo también lo estoy.

Subimos las escaleras y seguimos caminando pasando incluso por delante de la habitación de Yoongyu.
¿Estará dormido aún?. Llegamos a su habitación y el abrió esta. Con su cabeza la indicó.

—Entra.—ordenó.

—¿Q-que? —mi voz era un hilo.

—Que entres, te digo.—repite.

rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora