rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)

♡; Cuarenta y ocho.

Mingyu;

—Vaya...su palacio es increíble —comentó el rey Hirai.

Le sonreí levemente —Muchas gracias.

—Cuando veníamos hacia acá observamos la ciudad. Seúl es una ciudad muy hermosa —sonrió la Reina.

—Realmente me halagan sus honestas palabras.

—¿Ves papá?. Hay muchas cosas interesantes en Corea —sonrió la princesa abrazándome por el brazo.
Por ser cortés no la aparté.

—Me halagaría conocer más la ciudad. ¿Usted me la enseñaría? —me miró el Rey.

Asentí —Claro.

—Venimos por una semana. Espero y no le moleste —me miró apenada la Reina Hirai.

Negué nuevamente —En lo absoluto –dije–. Señora Min, por favor muestre a los invitados sus habitaciones.

Esta asiente con una sonrisa y comienza a llevar a la reina y al rey a sus respectivas habitaciones.

—Nuestra prima nos había dicho que usted era más apuesto en persona. Y no se equivocó —sonrió Sana. Una de las primas de la princesa Hirai.

Le hice un leve asentimiento con la cabeza en forma de agradecimiento.

—Nos acomodaremos. Luego hablaremos, Momo —sonrió Mina, la otra prima y las dos salieron del lugar.

Hice que la japonesa me soltara y lancé un suspiro.

—Ay pero ¿por qué tan enojado en pleno día? —preguntó.

—Te dejé en bien claro todo y aún así tuviste la vergüenza de decirle a tus padres que vinieran.

—Nos vamos a casar Rey. Usted lo sabe.

Reí de lado —Pero si serás....¿acaso no entendiste?. No-pienso-casarme contigo –respondí y me giré para dirigirme a mi habitación ya que más furioso no me podía sentir.

Cuando entré golpeé la pared.

Necesitaba ver a Dahye. Pero se me iba a hacer imposible ahora que la familia Hirai estaba aquí.

Maldita sea.

Busqué mi celular y decidí llamar a Seokmin.
El debía estar resolviendo asuntos importantes para mi ahora. Pero no importa. Necesitaba hablar con él ya.

Dahye;

—¿Te encuentras mejor? —me pregunta Lisa una vez que abrí los ojos.

Asentí lentamente y me estiré. Me senté con cuidado sobre la cama.

—Sólo tengo un poco de dolor de cabeza —musité acariciando mi cabello.

—Que bueno que traje pastilla para eso. Toma, un vaso de agua —me tendió ambos y se lo acepté.

Luego de tomarme la pastilla le dí el vaso y ella lo puso sobre una mesita.

—¿Y Yoongyu? —pregunté.

—Está dando clases de piano.

—¿Tanto dormí? —pregunté.

—Sí —respondió ella.

Suspiré con mis ojos cerrados.

—El doctor se fue hace unos minutos y la causa de tu desmayo es que has dejado de comer lo necesario. Además, al parecer no has estado durmiendo lo suficiente —continuó hablando ella—. Por eso te desmayaste. Ahora vas a dormir y luego comerás.