rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)

♡𝅼; Treinta y tres.

Dahye;

No dejaba de pensar en lo que me había dicho la prin-estúpida.
Ya me había dado cuenta de sus intenciones desde el primer momento que la vi. ¿Debía apartarme de Mingyu realmente?. Sinceramente le había dado mucha vueltas al asunto, y en el futuro parecía imposible que estuviera con él.
Era un Rey. Yo una simple empleada que cuida a su hijo. ¿Que sentido tendría eso?.

—Yo quisiera saber en que estás pensando —me sobre-salté cuando Mingyu apareció detrás de mi.

—¿Cómo....sabías que estaba aquí? —me giré para verlo.

Me encontraba en la biblioteca. Yo pegada a la estantería y el con sus manos a cada lado de mi cuerpo acorralandome.

—Yo lo sé todo —dijo viendome—. ¿Entonces?. ¿En que pensabas?.

Lo miré. ¿Debía decirle lo que me dijo la princesa de japón?

Decidí no hacerlo.

—En nada en especial —sonreí para que no se quedara con la duda.

—¿Segura? —arquea una ceja observandome.

Asentí. El se acercó más a mi, acercando nuestros rostros.

—T-tal vez deba irme —dije evitando el beso que iba a darme.

Salí rápidamente de la biblioteca dejándolo confundido. Suspiré y me dirigí al cuarto de Yoongyu.

Durante el día si me topaba con él lo evitaba. Tanto su presencia como mirarlo a los ojos. La japonesa me dedicaba miradas ladinas y a la vez de odio. Yo solo decidí mantenerme al margen durante unos días para saber que debería hacer.
Sinceramente no lo hacía porque le tuviese miedo a ella y menos por las amenazas que había hecho. Sino porque en el fondo sabía que ella tenía razón. ¿A que podría llegar una relación con él?. Simplemente a nada. Suspiré por milésima vez en el día.

—¿Tas bien...noona? —me pregunta Yoongyu cuando le daba la cena.

—Mhm. Claro —le sonreí y limpié sus comisuras sucias con una servilleta. Me le quedé viendo—. Yoongyu...–lo llamo y el en seguida me observa–, ¿quieres mucho a tu papá verdad?.

Asiente con sus ojitos brillando.

—¿Te gustaría salir más con él?. ¿Que vea tus dibujos?. ¿Ir a un picnic?. ¿Y estar con el más tiempo? —le sigo preguntando.

Una sonrisa se dibujó en sus labios y asintió seguidamente.

—Yo quiero mucho a mi appa —me miró sonriente.

Le sonreí devuelta y asentí.

Entonces haremos que tu y tu papá se lleven muy bien. Cuando logre eso, me iré del palacio, y continuaré mi vida.

Luego de terminar de darle la cena a Yoongyu que lo dejé durmiendo luego de haberle leído otra parte más del Principito, salí del cuarto y para la mala suerte me encontré con la japonesa.

—Hola Dahye —me sonrió con cinismo—. Al fin un momento a solas para poner las cosas en su lugar.

Decidí ignorarla e irme pero se me puso delante.

—Aún no he terminado de hablar, cariño —dijo seria entonces—. ¿Pensaste y analizaste lo que te dije, cierto?. Eres empleada sí, pero de seguro eres muy inteligente así que comprendiste en seguida que tengo la razón. Así que...¿a que elección llegaste?. Vamos...dejame oír que dejarás al Rey porque tu relación con el no llegará absolutamente a na-da –dividió las últimas palabras.

—No diré eso —contesté haciendo que inmediatamente me viese seria y enfadada—. Pero admitiré que no puedo tener nada serio con él porque es un Rey.