rey mingyu 𐙚 k. mingyu. (terminado)

♡; Diecisiete.

Da-hye;

—Él Rey anoche no cenó. Ni siquiera pidió que llevaran su cena a su cuarto —murmuró Lisa a mi lado.

—Lisa, recuerda que se acerca el aniversario de su difunta esposa —dice Yeji por otro lado.

Arquee una ceja.
—¿Y se deprime? —pregunto.

—Ni te imaginas —murmura Lia concentrada en lavar unos platos.

—¿Que tanto hablan? —pregunta la señora Min adentrandose al lugar.
Nosotras dejamos de hacer lo que hacíamos para verla.—Dahye, lleva el desayuno del rey a su cuarto —dijo—. Y ustedes, dejen el chisme.

Luego de organizar todo sobre una bandeja, me dirigí hacia el cuarto del Rey; decidí tocar primero, pero al no ver respuesta giré el pica-porte. Al asomar mi cabeza, me encuentro al Rey durmiendo profundamente sobre su cama. Ni siquiera traía pijama. Estaba usando la misma ropa de cuando despidió al presidente Wonwoo.
Me adentro con cuidado, y cierro con mi pie la puerta sin hacer mucho ruido. Llevo la bandeja hacia la mesa frente a los sofás y luego de acomodar todo, me dirijo hacia el borde de su cama. Se movió y pensé que se despertaría, pero lo único que hizo fue poner su brazo sobre sus ojos. La luz del sol se infiltraba por la puerta que daba hacia el balcón. Fui hacia esta y cerré las cortinas; luego prendí el aire acondicionado. Volví a dirigirme hacia allí y me agaché mientras lo miraba. Volvió a moverse, pero en dirección hacia mi, quitando su brazo de sus ojos. Sé que no debía estar haciendo esto, pero mirándolo de esta forma, parecía un pequeño niño. Tenía sus labios formando un diminuto puchero. Yoongyu realmente se parecía a él.

Sentí la puerta de la habitación abrirse y me levanté en seguida nerviosa. Un chico joven (o al menos de la edad del Rey entró).
Me miró y puso uno de sus dedos sobre sus labios como indicando que no dijese nada y me mantuviera callada. Caminó hacia el Rey, y no entendía que iba a hacer hasta que se le lanzó encima.
Puse mis manos sobre mis labios con los ojos más que abiertos.

—Ash...—el Rey comenzó a moverse pero el chico no dejaba de reír sin apartarse de él. El rey Taehyung abrió sus ojos lentamente.

—He vuelto —sonrió el chico.

—Aghh Seokmin. Salte de encima —lo empuja.

Sentí un alivio al ver que se conocían. El Rey al sentarse en el borde de la cama me miró con una ceja alzada.
—T-traje su desayuno —murmuré señalando hacia la mesa.

—Ay que atenta. Tengo hambre —el llamado Seokmin va a comer.

—Yah, Seokmin eso es mío —exclama él levantandose y yendo hacia ahí.

—¿Me extrañaste, cierto?. Lo se lo sé. No tengas pena en decírmelo —Seokmin aplastó las mejillas del Rey y este lo empujó.

Decidí irme y dejarlos solos. ¿Quien será? ¿Otro rey?. Es extraño. Sino ya la señora Min lo hubiese dicho.
Me dirigí a la habitación de Yoongyu. Dormía profundamente aún.

—¿Quien es ese ese Seokmin? —le pregunto a Lisa en lo que nos dirigíamos a nuestras habitaciones.

—Es la mano derecha del Rey.

—¿En serio?.

—Sí. Además de eso son muy buenos amigos. Ese Seokmin es un sol. Siempre brilla donde sea y es muy dulce.

—Okay...—reí divertida.

Como cada mañana los días eran repetitivos. Preparaba el desayuno de Yoongyu, se lo llevaba. Luego lo llevaba un rato a jugar, después almorzaba, Tiffany más tarde venía y le impartía clases de piano durante dos horas, yo iba después y le daba otras clases como español, historia y algo de matemática.
Después lo dejaba ver uno que otro animado infantil, preparaba su cena; lo bañaba y luego esperaba pacientemente que durmiera.