Let There Be Love || Zoro Roronoa

C A T O R C E

Monkey D. Yune

Abro los ojos confundida, pensé que estábamos discutiendo por si me iba con Ace o me quedaba con mis nakamas, suspiro profundamente.

—Ah, despertaste —dice Zoro en un tono gélido, no debería tratarme así—

—¿Ace? —pregunto, el pelinegro se acerca a mí—. Aquí estás

—Te descompensaste, Yune —me siento, no es la gran cosa—. Debes descansar, el trayecto hacia donde está Shirohige será largo

—¿Realmente abandonarás la tripulación? —pregunta Nami, ni siquiera sabe por qué quiero irme—

—Yune, no te vayas —pide Chopper, Ace me mira—

—Tengo que llevarla conmigo, no es por capricho, es por necesidad —aclara Ace, no quiero que diga nada—. Yune está…

—Feliz de quedarme con ustedes —interrumpo bruscamente a Ace, Chopper me mira ilusionado—. Pero también quiero ir con la persona que ha tenido mi corazón por muchos años

—Yune…

—No, Ace, déjame hablarlo a mí —frunzo el ceño, él resopla—. Quisiera quedarme contigo para siempre, Gomita, quisiera poder decirte que tu hermana mayor siempre va a protegerte, pero ahora lo que más me preocupa es que no pueda hacerlo

—Ya no soy un niño, Yune, ¡deja de tratarme como si lo fuese! —alza la voz, bajo la mirada—

—El problema es que tú siempre vas a ser mi bebé llorón, Gomita —Ace agarra mi mano, Luffy está molesto—

—No siempre tienes que protegerme, ¡ahora yo me encargaré de cuidarte! —muerdo fuertemente mi labio—. Ya no tienes que preocuparte por mí, Yune

Escupo la sangre de mis labios, Luffy y Zoro se acercan preocupados, estoy bien.

—Oye —Zoro limpia la sangre que cayó en mi barbilla—. No hagas eso, idiota

—Ace —abrazo a mi ex novio, él me recibe con los brazos abiertos—. ¿Por qué ha crecido tanto?

—Tranquila, algún día iba a crecer —susurra en mi oído, no pensé que sucedería tan pronto—. Nuestro bebé llorón se ha hecho un hombre

—Lo sé —murmuro, Luffy cada día se vuelve más fuerte—. Sé que está creciendo, pero…

—Yune, lo importante es tu salud

—¡No lo es!

Ace se levanta obligándome a mí a hacerlo, no quiero separarme de ninguno, no quiero decir adiós a mis chicos, ¡no estoy lista!.

—Yune, sé que quieres quedarte —acaricia mi espalda baja—. Aunque ahora es mejor que vayas conmigo, parece que nuestro hermanito va a poder cuidar de ti

—Eres un idiota, no digas cosas así —reclamo, Ace me aleja de él—. No te vayas, Ace

—Yune, los tres tenemos aventuras propias, puede que nos volvamos a ver —sonríe, sé que también le duele—. No estés triste, no podré irme si te veo así

—Es tu culpa, idiota —frunzo el ceño, ni siquiera puedo llorar—. Te odio, Ace

—Me hubiese gustado más un te amo, pero lo acepto

—Si ya sabes que es lo que siento, ¿por qué sigues molestando? —golpeo su pecho, él ríe—. Cuando vuelva a verte…

—Espero que ese idiota ocupe mi lugar —susurra cerca de mi rostro—. Pero por ahora, me pertenecen tus besos