C I N C U E N T A Y S I E T E

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Monkey D. Yune

Termino de acomodar las velas y toallas, tengo que recompensar a Zoro así que voy a engreírlo lo más que pueda.

—Y llegaste justo a tiempo —sonrío colocando mis brazos alrededor de su cuello—

—No iba a dejarte esperando —coloca sus manos en mi espalda baja—. Huele bien

—Esta noche voy a consentirte como te mereces —beso cortamente sus labios—

—¿Ah sí? —pregunta haciendo círculos en mi espalda—. Porque has estado muy distante estos días

—Eso es mentira —arrugo la nariz, dice eso solo porque no dormimos juntos—. Te quiero

—También yo —choca su nariz contra la mía—. ¿Qué tienes planeado?

—Te haré unos masajes, debes estar cansado —reparto besos por su mandíbula—. Pero ya sabes las normas

—Bañarse —resopla, se ha vuelto más limpio desde que estamos juntos—. Ya sé, ya sé, eres una mandona

—Solo quiero que mi novio huela bien —acaricio su rostro, él sonríe—

—Me encantas —susurra acercándose para besarme—

—No hay besito hasta que termines de bañarte —beso su mejilla, él resopla—. Vamos, Marimo tontito, ve a darte un baño

—Bien, pero acompáñame —aprieta su agarre, un bulto se ha formado en su entrepierna—

—No habrá nada de eso, eh —advierto, él agarra mi mano y corremos hacia el baño—. Ya está todo listo

—Quiero salir contigo —dice empezando a desvestirse—. En la próxima isla vamos a tener una cita

—¿Tú quieres una cita? —pregunto confundida, él asiente—. ¿En serio eres mi novio?

—Yune —dice con un tono grave—

—Zoro —desvío la mirada, no tengo intenciones de calentar la situación… Todavía—. Métete a bañar

—Ya voy —resopla, Zoro no es la típica persona que es romántica así que me ha tomado por sorpresa—. Por cierto, no creas que he olvidado que tenemos que hablar

—¿Qué pasó? —pregunto sentándome en el borde de la bañera—

Me acomodo para meter mis piernas al agua y tener el cuerpo de mi novio apoyado en mí.

—Hablé con Robin —comienzo a masajear su cabeza, debe estar cansado—. Después de ganar ese tonto juego

—Ujum, ¿qué pasó con eso? —hago una mueca, no entiendo—

—Dijo que estabas embarazada —dejo de masajear su cabeza—. ¿Lo estás?

—¿Lo estoy? —Zoro recuesta su cabeza en mi vientre—

—Es lo que me pregunto, ¿por qué no me lo dijiste antes? También es mi hijo —regaña el peliverde, ¿cómo le explico esto?—

—Ummm, Zoro —suspiro, tengo que decírselo—. Yo no puedo

—¿Qué no puedes? —consulta, hago una mueca de incomodidad—

—Tener hijos, embarazarme, no puedo por ahora —confieso, sé que le dije que tendríamos que tener cuidado, pero no quería soltarle una noticia así tan pronto—

—Ah, está bien —se encoge de hombros—. Igual tenemos a Chopper

—Pero quizás en un futuro…

Let There Be Love || Zoro Roronoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora