Let There Be Love || Zoro Roronoa

C U A R E N T A

Nami

Zoro ya aceptó que está enamorado de Yune, tuve que explicarle detalladamente cómo es que se sienten las mariposas y que el volcán no es eso… Si no que son celos.

—Recapitulando, sientes celos de Sanji, Usopp y todo aquél que se acerque a Yune con otras intenciones —Zoro asiente, bueno… Lo entiendo, ella es una mujer hermosa—. A ver, Sanji y Yune son buenos amigos, pero no creo que ella esté interesada en él y Usopp… Bueno, Usopp es como Luffy así que no creo que Yune esté muy interesada en él

—¡Lo acarició! —reclama Zoro, ¿eso qué tiene que ver?—. Yo la ví, ella estaba tocando el patético rostro de ese cocinero de mierda y dejó que la abrace

—¿Eso tiene algo que ver? Si confías en ella, sabrás que no tiene nada con Sanji —ruedo los ojos, Zoro suspira—

—A lo que quiero llegar es que no me gusta que se acerque tanto a otros hombres —cruza los brazos, pues tiene que acostumbrarse—. Y cuando coquetea con todos

—Eso no es coquetear, Yune solo sonríe y guiña un ojo —cruzo los brazos, eso no es coqueteo—. Y la perdonan o hacen lo que ella quiere, pero es porque es hermosa

—Ya sé que es hermosa, pero claramente me incomoda

—Bueno, pero no es nada tuyo así que mejor mantente en silencio hasta que sean algo —miro a Robin, no podemos perdernos—. Cuando regresemos al barco, le dirás lo que sientes

—¡No estoy listo! —comienza a leer nuevamente lo que anotó—. Además, si volvemos temprano, no podré decirle lo de la luna

—No sabemos a qué hora regresaremos —ruedo los ojos, Zoro continúa caminando mientras lee mis indicaciones—

Realmente espero que salga bien porque no quiero soportar las quejas de Zoro, es muy probable que me culpe si es que Yune lo rechaza aunque no creo que lo haga.

—¿Dónde creen que esté ese supuesto Dios? —pregunta Zoro, ya hemos alcanzado a Robin—

—Si es un Dios, seguramente está vigilándonos y debe saber lo que queremos hacer —responde Robin, eso es cierto—

—Entonces es más fácil que se aparezca frente a nosotros —miro a Zoro, ha guardado el pequeño cuaderno que le dí—

—Está bien que no salga, ¿cuántas veces debo decirlo? Además ya les dije que  Dios de la isla es tenebroso —comunico, no quiero ver nuevamente a esos tipos—. Oh, Dios, te suplico que te mantengas tranquilo ante nosotros… Y que pueda encontrar un tesoro, por favor

—¿Solo piensas en eso? —cuestiona Zoro, si encontramos un gran botín, podrá hacer feliz a mi hermana Yune—. Bueno, no tiene caso que sigamos caminando siguiendo la orilla del río… Será mejor que crucemos e investiguemos que hay más adentro

—Tienes razón —apoya Robin, no creo que esa sea la mejor opción—

—Pero, ¿cómo lo cruzaremos? ¿Lo haremos de la misma forma de hace rato? O podríamos cortar un árbol —comento acercándome a la orilla, el suelo comienza a abrirse—. ¡Ah!

Zoro patea al tiburón y me lanza hacia las raíces del gran árbol, pensé que moriría siendo comida de tiburones.

—Aquí también hay de esos peces, qué molestos —se queja Zoro, mi hermana Yune estará bien cuidada—

—Definitivamente no, no quiero cruzar el río, no pienso ofrecerme como carnada para esos tiburones —aclaro, no pienso morir siendo comida—

—Sin embargo, si continuamos así, nada nos asegura que podamos cruzarlo más adelante —comenta Zoro, eso no me interesa—