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En una amplia mesa adornada con unos maravillosos platillos que parecían más un deleite para la vista que para la boca, se encontraba un anciano de aspecto severo en compañía de una hermosa joven vestida con finas telas.
- ¿Por qué carajos hizo eso señorita Kamo? ¡Acaba de delatarme dioses! sin mencionar que tiró por la borda el plan- Exclamó el anciano con fastidio, no pudiendo evitar golpear aquella mesa de manera estruendosa.
- ¿Hace falta que vuelva a explicárselo? no contabamos con que Satoru detectara la toxina, quede al descubierto ¿Qué demonios esperaba que hiciera?- Respondió la chica de manera despreocupada, en tanto se llevaba una pequeña bola de arroz a su boca.
- ¡Y supongo que dejarme al descubierto fue lo mejor que se le ocurrió! ¡¿He?!
- Ay basta de tanto dramatismo... al fin y al cabo Satoru siempre sospecho de usted jajajaj, ademas es tan obstinado con aquella sacerdotisa que un estúpido plan como ese no lo detendría
- Y..... ¿Qué propones? por si se puede saber...- Preguntó el mayor un poco más calmado, viendo como aquella chica esbozaba una encantadora sonrisa que le hacía lucir completamente inofensiva.
- ¿No es obvio? Terminar el trabajo que no pude aquel día.... - Sentenció la chica acariciando aquel anillo de un diamante particular que reposaba en sus manos, el cual alguna vez fue perteneciente a Utahime- Si ese hechicero rubio no hubiese llegado, Satoru estaría comiendo de mi mano ahora mismo... y esa mujer estaría bajo tierra.
- Aaaah a veces olvido por tu rostro inocente lo letal y peligrosa que eres Haruko... pensar que trabajaste para el demente de Suguro Geto, lastima que tuvo un fin tan miserable.
- Lo mismo digo señor Ryusei.... salvo que usted no tiene una pizca de inocencia en ese arrugado rostro- Añadió con una cálida voz, como si estuviera diciendo un cumplido.
- Está bien, haz lo que tengas que hacer y recuerda mantener el trato, yo obtengo poder gracias a tu clan y tu tienes en tus manos al idiota de Gojo.
- Así es.... y esa sacerdotisa dejará de existir en un dos por tres- Sentencio colocandose aquella joya en su dedo anular, sin dejar de admirar aquel diamante que resplandecía fuertemente ante los rayos de sol que se colaba por una de las ventanas cercanas.
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Satoru:
El peliblanco solo podía ver como Utahime se mantenía inmóvil al umbral de la puerta, sumado a que notaba como una gran cantidad de pensamientos intrusivos y confusión nublaban sus ojos. Carajo la conozco tan bien que se hasta lo que está pensando se dijo a sí mismo.
A penas decidió mover un pie, vio como la Miko se lanzó a sus brazos con urgencia para abrazarlo fuertemente.
- No sabes como lo siento- Dijo con su voz quebrada, haciéndole sentir un sin fin de emociones.
- Tranquila- Respondió aguantando las ganas de reírse- Yo también lo siento mi debilucha.... debi ser sincero contigo desde el principio.
- ¡Nada de eso! Yo...yo debí confiar en tu palabra... casi no te dejo explicarte, aunque admito que sonaba difícil de creer.
- jajajajaja tipico de ti.... deberias ser mas considerada ¿Acaso no has notado lo loco que estoy por ti?- Dijo seductoramente, mientras la levantaba del suelo a la vez que la pelinegra enrollaba sus piernas alrededor de su cintura de manera involuntaria.
- Jajajajaj digamos que justo recordé nuestro posible peor momento.... no fue de ayuda- Dijo la pelinegra bajando su mirada al suelo, no pudiendo evitar sentirse anonadado ante lo que veían sus ojos.
- Desearía que recordaras cosas mas candentes debilucha- Le dijo a su oído, pudiendo notar como se estremecía levemente
En un instante reposó el cuerpo de Utahime sobre un escritorio que se encontraba en aquella habitación, a la vez que comenzaba a repartir suaves besos alrededor de su cuello escuchando como esta soltaba unos leves gemidos ante su tacto.
- No sabes el susto que me diste... el tan solo pensar perderte nuevamente... yo- Sentenció luego de recuperar el aliento.
- Shh no hables- Le interrumpió poniendo uno de sus delgados dedos sobre sus labios- No quiero que hables....
Con una gran sorpresa, pero a la vez complacido pudo ver como Utahime comenzaba a devorar sus labios con ganas, a la vez que empezaba a desabotonar su camisa. A modo de respuesta comenzó a recorrer sus piernas con una de sus manos, levantando lentamente aquel vestido.
- Te daré tu merecido...- Sentenció en un susurro.
Aquella habitación fue testigo de cómo ambos a cada caricia se libraban completamente de sus prendas que simplemente comenzaban a molestar, en tanto los jadeos y leves gruñidos inundaban cada rincón de aquel cuarto de manera voraz e insaciable......
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Los días habían pasado rápidamente, en donde para sorpresa de Satoru, la pelinegra había decidido retomar sus antiguas labores como hechicera. Ante esto para el fastidio de Utahime tuvo que aguantar las súplicas y advertencias de Gojo una y otra vez.
- ¿Estás segura de esto? Sabes que no pasa nada si continúas entrenando unos meses más.. además tus recuerdos aun no regresan del todo- Dijo Satoru observando como Utahime ponía en orden sus ropas.
- Ayy ya te lo dije miles de veces Satoru... estoy lista para esto, puede que no recuerde a mis alumnos pero creo que sería bueno volver a mi vida, es aburrido estar aquí encerrada todo el tiempo.
- Aaaah creo que tienes razón... después de todo recuperaste tus habilidades, solo prometeme que no te pondrás en peligro ¿Esta bien?.
- Jajajajaj lo prometo- Respondió la Miko dándole un tierno beso para después desordenar su cabello platinado- Tsk... No es justo que tengas el cabello más lindo que yo... invierto mucho dinero en el- Añadio Utahime acariciando las puntas de su cabello azabache.
- Jajajajaj lastima debilucha, soporta estar a las sombras de mi belleza- Dijo el peliblanco riendo, viendo como Utahime golpeaba su brazo con molestia.
- No eres más que un vanidoso... presumido
- Un vanidoso y presumido que te encanta- Respondió tomándola por la cintura para apegarla a su cuerpo y besarla con pasión.
- Ba.... basta Satoru jajajaj- Dijo la chica riendo- Debo ir a la academia.... y creo que ya voy tarde dioses.
- Tsk... carajo.... te extrañare el dia entero mi debilucha...- Respondió Gojo para depositar un suave beso en su frente.
Gracias al peliblanco y su habilidad para poder teletransportarse, llegó en apenas unos segundos a su destino, en donde sus estudiantes ya estaban esperándola con ansias.
Solo esperaba que su vida retomase su ritmo normal, aunque no lo recordase en lo absoluto eso no importaba para nada, ya que disfrutaba en gran medida su vida en el último tiempo. Lo único que no tenía en cuenta, es que aquella persona que casi acaba con su vida estaba en un acecho constante esperando el momento preciso para acabar con todo........
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Flores de Invierno/ Gojo x Utahime
Fanfiction¿Cómo fue que Satoru Gojo y Utahime Iori se conocieron? ¿Entre ellos ha ocurrido algo más que una simple relación de colegas? Puede que ambos durante todos estos largos años han ocultado sus verdaderos sentimientos, ya sea por orgullo o necedad. Ta...