La futura señora del Ceo Min

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Durante el viaje en auto; Yoongi y Hae Rin no se dirigieron la palabra, solo se escuchaba el casi nulo ruido del motor del vehículo de lujo.

No era nada parecido a los viajes que hacía el pálido junto a su ángel, en ellos siempre había algún tema de conversación, desde las cosas más banales que se encontraban en redes sociales o pláticas más profundas; como la vez que Jimin le había dicho que él tenía una teoría que con el tiempo había pensado y pensado y él estaba casi seguro de que así era.

Esta teoría decía que todos en algún momento de nuestra vida habíamos tenido nuestro momento homosexual, o mejor dicho habíamos experimentado el amor libre sin pensar en el género de la otra persona. Que habíamos amado eso, a la persona y como nos hacía sentir y no nos había importado si era un hombre o una mujer.

Recuerda que ese día había descubierto que Jimin era una persona con muchos matices; no solo era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, era también amiga, compañera, una persona que se preocupaba por los demás, que tenía el carácter como el demonio cuando se enfadaba, era analítica y pensante y consciente de su entorno.

Él estaba tan enamorado de su chica.

También recuerda la primera vez que compartieron un espacio tan reducido y privado como lo es un automóvil; ese día nunca lo va olvidar puesto que ahí se dio cuenta cuanto le gustaba aquel chiquillo.

Puesto que Yoongi regresaba de un viaje al extranjero después de haberse tomado un año sabático que se volvieron dos en el extranjero, y vaya que le había servido muy bien ese par de años; puesto que ahí se dio cuenta que los chicos no le eran indiferentes, había tenido su primer encuentro homosexual con un chico europeo en un bar. Y se dedicó a hacer y deshacer de su vida lo que le convenía o mejor dicho como le placía; pero regresando a cuando vio a su chica; ese  día había ido al centro comercial a comprar un disfraz para una fiesta de halloween; iba distraído viendo las tiendas cuando chocó con un pequeño cuerpo que derribó.

Se apresuró a levantar el delicado cuerpo que se apresuraba a levantar sus compras y vaya sorpresa que se llevó a ver a un Jimin muy diferente al que él recordaba, la última vez que lo había visto si no mal recordaba era una vez que su madre los había invitado a la cena de Año Nuevo y eso fue como hace tres o cuatro años; el punto era que este Jimin ya no tenía sus mejillas gorditas como él recordaba; portaba un increíble cabello dorado largo un poco más abajo del hombro, vestía una blusa negra de mangas negras de trasparencias y abajo una blusa del mismo color en tirantes, una falda de corte campana con vuelos de color blanco y unos botines tipo de combate pero el pálido ya no reparó en el aspecto del que él consideraba el mocoso llorón sino en el artefacto que se había caído de la bolsa que traía de la mano.

—vaya! Así que el pequeño en inocente Jimin ya no es tan inocente—

El mayor había recogido el juguete sexual que se le había caído al rubio el cual parecía tomate por lo dicho por su mayor.

—no es lo que piensa Yoongi hyung, no es para mi; es un regalo de broma para un amigo—

El pálido arqueó su ceja en forma de incredulidad por lo dicho por el chiquillo que tenía enfrente.

—voy hacer como que te creo y ¿las medias de red y esta cola de gato también son parte del regalo?—

El rubio quería que lo tragara la tierra y lo escupiera en otro país; ¿qué tan mala suerte deberías tener para que el hombre de tus sueños te encontrara con lencería y un dildo y te estuvieras muriendo de la vergüenza por considerar que ni siquiera iba maquillado ni peinado de manera correcta?.

—amm no, eso es para mí, digo para mi disfraz de gato para una fiesta—

Y la mente del joven de 28 años voló y se puso a fantasear con las mil y un formas en las que esa cola afelpada haría su función en aquel disfraz.