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Escuchar el rechinar de la puerta ser abierta era una constante tortura; no sabía cuántos días habían pasado desde que ese maldito le dijo que enviaría a otros bastardos para que abusaran de él; pero nunca llegaron.

Ese día solo bajo el chico que le decían "A13" y lo ducho, si a duchar se le puede llamar el que te rocíen agua con jabón y luego para quitarte el resto de espuma le arrojará más agua.

Ese mismo infeliz era quien le llevaba de comer, si ese pedazo de pan y el vaso de agua se podrá considerar comida.

Aveces estaba en plena oscuridad en ese viejo sótano; tal vez Jimin no lo recuerde pero una vez se cayó dentro de él y no se habían dado cuenta hasta pasadas muchas horas, desde ese día él mocoso lloraba al quedarse en plena oscuridad; ahora entendía el porqué.

Quería salir de ahí; quería que alguien le ayudara a escapar de ese par de idiotas.

Lo único que agradecía sobre manera era que Jeon ya no había bajado a ese maldito infierno.

Por lo que había alcanzado a escuchar; ese chiquillo ya no se involucraría con él en ningún sentido y sintió alivio.

Ese niño tenía una mente muy retorcida; mira que decirle a ese par de bestias que lo jodieran al mismo tiempo; el dolor físico fue tolerable; el dolor emocional era lo que le estaba matando.

Pero eso no fue lo que le destruyó; sino que el chiquillo de sonrisa inocente le dijo que su amigo y amor prohibido ya sabía de sus sentimientos por el; que en realidad siempre lo supo y que aún así había preferido a la "perra" de Bae.

Eso le estaba carcomiendo el alma.

De todos los que pensó que le podrían hacer daño del quien menos lo espero fue el que supo oprimir los botones indicados para romperlo.

Escucho el crujir de la puerta al abrirse y el medio le recorrió en cuestión de segundos todo su adolorido cuerpo.

Esperaba que no fuera Min cumpliendo su promesa; o Kim para burlarse de él o en los peor de los casos Jeon para seguirlo torturando.

Pero nada, la luz no se encendió para nada, pero por su nariz se filtró el aroma del perfume preferido de quien fue la mujer de quien se enamoró después de hacer a un lado sus sentimientos por su mejor amigo.

Escucho en medio de la oscuridad como los tacones hacían su sonido característico al chocar contra el frío piso de concreto, cuando sintió la presencia de alguien cerca de su cuerpo se encogió en su lugar; estaba aterrado; pero aún así levantó la vista para poder distinguir entre la oscuridad la melena rubia y esos ojos esmeraldas juzgarlo.

No podía ser Dae Ri, ella estaba muerta, el estuvo ahí cuando declararon su partida, aún recuerda los gritos agonizantes donde pedía que su hijo llevara su apellido de soltera y que su nombre sería Jimin, así que no podría ser ella.

¿Y si era ella quien había vendió a cobrarle todo lo que le había hecho a su hijo?

Su hijo; ese dulce Niño que nunca pudo amar como debía, ese niño que cuando aprendió a caminar se sostenía de sus piernas; ese Niño quien le regaló un pastel para su cumpleaños y su maldito resentimiento no le permitió disfrutar.

Pero no fueron sus sentimientos reprimidos lo que le impidió amar a su propio hijo; fue que esa "perra" también le quitara ese amor.

Todo lo tenía ella; todo lo que él quiso para si, esa perra se lo quitó.

Primero a su primer amor, su amigo.

Después a su gran amor, su esposa.

Y por último a su amor incondicional; su hijo.

La futura señora del Ceo MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora