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Quiso girarse sobre su lado derecho pero no pudo, había un peso extra que se lo impedía, había tenido un sueño maravilloso donde se había pasado todo un día completo con el amor de su vida junto a su hijo. Se rehusaba despertar de ese sueño pero su cuerpo ya se había cansado de estar en esta posición así que muy a su pesar abrió con pesadez sus ojos solo para toparse con su pecho lleno de baba y una mata de cabellos negros, se había quedado dormido con Soobin sobre su pecho, como solía hacerlo pero se dio cuenta que no estaba en su habitación, con su corazón latiendo a todo velocidad giro su cabeza para ver los cabellos dorados de Jimin que descansaba sobre su brazo derecho.

No había sido un sueño después de todo.

Había pasado todo el día con la razón de su existencia.

El sonido de la alarma de hizo presente en aquella habitación.

cariño es hora de que despiertes—

—no quiero Yoongi, tengo sueño aún—

—amor tienes que despertar me ayer me dijiste que tenías que ir a la fábrica—

—pero Yoonie no quiero, hace frío afuera y es delicioso estar entre las cobijas contigo —

Pronto los balbuceos del infante se hicieron presentes en la conversación, como si él también estuviera diciéndole a su madre que era hora de levantarse.

Muy a su pesar, Jimin se levantó de la comodidad de su cama para irse a duchar, mientras Yoongi se perdía en la figura desnuda de la rubia.

bueno patito, tu y yo vamos a prepararle el desayuno a tú mami, pero primero vamos a cambiarte ese pañal sucio.—

El palido se levantó a colocarse su ropa interior y su pantalón.

Se dirigió a la otra puerta que estaba del otro lado de la habitación; el día anterior descubrió que daba justo a la habitación acondicionamiento para su bebé, lo cambió y salieron rumbo a la cocina.

Cuando llego ahí, las empleadas ya estaban comenzando con su labor, les pidió amablemente que le dejaran hacerse cargo, puso a su bebé en el columpio mecedora que estaba ahí para comenzar hacer el desayuno.

Para cuando la rubia llegó a la cocina pudo escuchar las risitas de su bebé y como Yoongi le decía todo lo que estaba haciendo.

Con una sonrisa se acercó a los dos hombres de su vida y abrazo al peli negro por la espalda.

Mademoiselle, permettez-moi, je serai votre serveur, vos souhaits sont des ordres pour moi.—

Las mejillas de Jimin se habían cubierto de un coló durazno mientras era dirigida a su lugar en la mesa y una vez llegado ahí el pálido le besó la mano, de fondo se escuchaba los aplausos babosos del pequeño Binnie.

Durante el desayuno de la familia habían acordado en llevar al pequeño Min a casa de sus abuelos paternos en lo que Yoongi se duchaba para ir a dejar a Jimin a la fábrica y luego el irse a trabajar.

Y así ocurrió, todo conforme a lo planeado en la mañana.

El azabache llegó a su oficina y todo el mundo vio que brillaba de felicidad, saludó a cada uno de los empleados que pasaban por ahí, repartió sus buenos días incluso con la secretaria de finanzas, esa vieja arguendera y chismosa que se sabia vida y obra de cada empleado en Min Telecomunicaciones.

La futura señora del Ceo MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora