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Emocionalmente estaba acabada; después de llorar hasta que le dolieron los ojos .
Entre hipidos y lloriqueos le explico a su mamá Bae su "gran problema".

Su mamá le había dicho que sus temores habían sido infundados; ella ya hasta estaba planeando donde iban a poner el cuarto de juegos del pequeño patito que viene en camino.

Después de mucho hablar sobre todos los miedos y las inseguridades que tenía; su mamá la mandó a ducharse en lo que preparaban una rica sopa de pollo con verduras.

Tan pronto su piel entró contacto con el agua caliente sintió como el sueño la comenzaba a abordar; se le estaba cerrando los ojos aún duchándose.

Se apresuró a terminar para vestirse y poder dormir. Escogió una sudadera negra de su prometido; le quedaba enorme, ya ni siquiera se molestó en ponerse ropa interior ya lo único que necesitaba era dormir.

Apenas puso su cabeza en la almohada y se quedó dormida.

Mientras Jimin estaba en el país de los dulces sueños gobernado por morfeo, un Taehyung quería ya bajar del auto, no sabía cuántas señales de alto se habían sido ignoradas, ni a cuánta velocidad iban solo le rezaba a todos los dioses que su hyung se acordara que el y su conejito iban en el automóvil también.

El de cabello rizado nunca estuvo tan feliz de ver la reja de la mansión Min. Para Yoongi fue eterno el camino para llegar a su destino pero por fin después de 20 minutos ya estaba en el recibidor de aquella casa.

Apenas y si pusieron un pie en la estancia mamá Bae llevó a Taehyung y Jungkook para que le ayudaran a terminar la cena y a Yoongi lo mando a su habitación.

El treintañero entró a la que era su habitación desde la infancia y vio a su bebé hecha un ovillo en la cama envuelta entre cobijas y almohadas y solo se le veía su bonita nariz afuera de esa fortaleza alcochonada; recordó la vez que un travieso Jimin de 3 añitos había derramado la leche sobre la encimera y corrió a esconderse y para huir de la escena del crimen había escogido su habitación entre sus colchas.

Le gustaba recordar a Jimin siendo un niño; traveseando por aquí y por aya, las risitas que soltaba cada que su papá y su mamá en lugar de enojarse lo abrazaban y lo besaban o le hacían aviocito; esos eran sus mejores recuerdos; él esperaba con ansias crear esos recuerdos con sus hijos, pero entendía que era muy pronto, con un suspiro comenzó a desenvolver aquel embrollo de colchas y mantas.

Con cuidado despertó  a su amada que tenía sus ojitos hinchados de tanto llorar.

cariño despierta, vamos mi amor abre tus ojitos, me tienes que explicar a donde fuiste—

—ño quielo—

—oh vamos Jiminnie si no te despiertas ¿cómo te puedo demostrar mi amor si no abres tus ojitos?—

—pues dejándome dormir más—

—ya Jimin ya estás despierta, necesitamos hablar —

Jimin soltó un suspiro en forma de rendición; ya no sabía cuántos de esos suspiros llevaba en ese día. Se enderezó y se recargó en el cabezal de la gran cama y observó y analizó a el hombre que tenía enfrente, sabía por la manera en que fruncía el ceño, como tenía sus hombros echados hacia atrás y la manera en que apretaba sus manos; que lo estaba consumiendo la impaciencia y el enojo; pero ella aún tenía miedo; pero como le dijo su mamá Bae, tenían que hablar el tema y tomar una decisión, o mejor dicho hacer saber a Yoongi la decisión que ella había tomado sobre ese embarazo.

Otro suspiro abandonó su ser; sacó valor de lo más profundo de su alma y comenzó con aquella plática.

Yoonie... ¿qué piensas de tener hijos?—

La futura señora del Ceo MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora