Decir que Hae Rin estaba que echaba lumbre por los oídos no era una exageración.
Y es que ver a tu esposo bailar con el objeto de tu oído no ha de ser algo fácil de digerir.
Por otro lado Min estaba en el paraíso al sentir el calor del cuerpo de su amada entre sus brazos, olía delicioso, esencia floral con toques cítricos, la excitante respiración en su cuello, como el cuerpo se estremecía cada que su mano escurridiza viajaba un poquito más abajo de la espalda y rozaba el glúteo de su chica.
Yoongi deseaba poder desaparecer con aquella representación de Afrodita y hacerle el amor, lo necesitaba, lo ansiaba , lo añoraba.
Para Jimin, por Dios para ella estar entre los brazos de su hombre le hacía sentir segura, en casa, en paz.
Por un momento el mundo desapareció y solo eran ellos dos en la inmensidad de aquel salón bailando entre nubes y estrellas.
—primito si me disculpas ¿me permites a mi esposo?—
Esa había sido su prima. Quien la jalo del brazo para separar a la pareja y quedar entre ellos.
—y tu Yoongi, ¿no te da vergüenza estar bailando con esa cosa?—
La castaña golpeaba con su dedo el pecho del hombre mientras señalaba despectivamente a la contraria.
—Hae Rin quieres comportarte ¿no te basto con el escándalo de tu tío?—
—es mi padre Yoongi recuérdalo es mi padre—
A la de metro sesenta y cinco estaba por darle un ataque y ya no sabía si de ansiedad o cardíaco del coraje que traía en su pecho.
—como sea, ya me has avergonzado más tú y tu familia que el que yo esté bailando con la señorita Kim, y si no te molesta lo voy a seguir haciendo—
Dicho eso Yoongi tomó la mano de la chica y la jalo hacía el otro lado del salón, entre el ruido y las luces tenues de la velada la sacó hacia un balcón que daba al jardín del salón.
Y tan pronto estuvieron fuera de la vista de todos, Yoongi hizo lo que más deseaba desde hace una semana; probar los labios de su amada.
—mi amor, te extraño, te extraño tanto, te necesito, me haces mucha falta mi vida—
Besó tras beso Jimin se dejaba hacer por las manos de su hombre.
—vamos mi amor, regresa conmigo mi vida, quiero hacerte el amor aquí mismo, te necesito tanto; necesito sentirte mía, necesito el olor de tu piel tatuarse en mi—
— daddy— la rubia pronunció en un susurro.
Y fue todo lo que necesito Yoongi para tomar a su chica y llevársela de ahí.
Ya después se encargaría de explicar su ausencia de la velada lo que le importaba en ese momento era probar la piel de su amada.
Yoongi había conducido como loco hasta su departamento.
Cargo a su bebé al estilo princesa y al cruzar la puerta de su primer nidito de amor no perdió tiempo y besó con hambre los labios de cereza de la fémina.
Una vez adentro del departamento Yoongi no perdió tiempo en desabrochar el vestido, y quitar esa molestosa tela y darse cuenta que su nena usaba el tipo de lencería que le gustaba; unos encajes delicados y finos cubrían el sexo de su chica, tomó la fina cintura de su amada y la delineó con sumo cuidado, mientras devoraba con pasión el cuello de la rubia, se sentía embriagado por el sabor de la piel que tanto extraño.
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La futura señora del Ceo Min
FanficTodo el mundo sabe que Ceo Min piensa pedirle el divorcio a su esposa dentro de dos meses. Todo el mundo sabe que el Ceo Min planea casarse con su linda chica. Lo el mundo sabe es que el Ceo Min ha dejado a su esposa por una mujer más joven y herm...