La futura señora del Ceo Min

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Oía a lo lejos una voz que le llamaba, su cuerpo se sentía pesado y la cabeza le dolía horrores. Pero de cierta manera sentir el dolor físico era mejor que el dolor emocional.

Sentía una presión en sus muñecas, la boca la sentía seca al pasar el aire ya que no la podía cerrar bien por la mordaza que tenía; estaba en completa oscuridad por la venda en sus ojos. Sentía frío mucho frío; no escuchaba un ruido de nada que le diera una pista de donde podría estar. Ciertamente era mejor estar ahí y sufrí esto que el enfrentarse a su mundo.

Se abandonó a su suerte; ya no le importaba que hicieran de ella.

Si su destino sería la muerte lo aceptaría sin protestar, si la torturaban, la golpeaban era algo que no le importaba, era básicamente lo que vivió en su niñez y esta vez dolería menos porque será a manos de un desconocido.

Oyó como una puerta fue abierta violentamente y solo se encogió en su lugar.

Escucho pasos acercarse hacia donde estaba y poco a poco fue sintiendo como sus ropas fueron retiradas de su cuerpo; las caricias que dejaban a su paso le causaron asco; su cuerpo no reaccionaba igual a las caricias de él, recordarlo le hacia daño; le se había sumado a las personas que le habían hecho daño.

Su suéter fue retirado de su cuerpo y el frío se coló ahora en su alma, aún contaba con su ropa interior pero sabía lo que se avecinaba; sabía lo que pasaría y eso le aterraba; desde que un día en la escuela le pasó que la encerraron en los baños y ahí estaba Chae y Yoo Sun y la golpearon y comenzaron a romperle el uniforme sabía lo que podía pasar; en esa ocasión fue por su oppa que no le hicieron nada; fue por Taemin y Taehyung que solo pasó por un susto pero ahora estaba sola y sin ellos.

Sentir como la lengua de quien fuera recorría desde su ombligo hasta su pecho y como el aliento de contrario chocaba con su piel le hacía retorcerse del asco.

—shhh!! Tranquilo Jimin esto no te va a doler; no es como si fuera tu primera vez; un día los vi a ti y a él viejo en el estacionamiento del instituto; vi como lo montabas, te voy a cuidar, te lo prometo, traje lubricante y condones, solo coopera ya no te quiero golpear—

Entonces su mundo se vino abajo; iba a ser violada por el idiota que siempre la molestó.

Solo se preguntaba el ¿por qué ella? ¿Qué había hecho mal? ¿Sería acaso que estaba pagando por la muerte de su madre? ¿O acaso su padre siempre tuvo razón y ese era su castigo por ser quien no debía? La verdad ya no le importaba solo quiera que lo que fuera a pasar lo hiciera rápido, el saber lo que se aproximaba aumentaba la agonía y el dolor.

Y su pesadilla comenzó al ser despojada de su ropa interior; por inercia apretó sus piernas, tratando de no sentirse tan expuesta lo que consiguió fue un golpe en su cara.

—oh! Vamos maldito fenómeno se que te mueres de ganas de que te rompa el culo; porque te encanta sentir que te rompen en dos, no me vengas con esas tonterías ahora abre bien esas piernas—

Si en verdad existía un dios deseaba que se acordara de ella y le tuviera compasión pero se dio cuenta que ese dios es solo una falacia a la cual se aferran las personas en sus momentos más vulnerables para no volverse locos de la desesperación ya que al sentir como su entrada era rosada con un líquido frío el cual por inercia le hizo tratar de cerrar las piernas nuevamente.

—maldita perra iba a hacer cuidadoso contigo pero como no cooperas será a mi manera—

Escucho como algo caía al suelo y después el sonido de una bragueta abrirse y su mundo cayó nuevamente.

Sintió como era sujetada por las piernas y comenzó a gritar con todas sus fuerzas esperando a que alguien pudiera escucharla y ayudarle pero aquellos gritos morían en la mordaza en su boca.