¿Qué tienes?

72 8 12
                                    

Mientras el taxi avanzaba, Beatriz utilizó el teléfono como espejo para acomodarse la vendita que se le estaba cayendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras el taxi avanzaba, Beatriz utilizó el teléfono como espejo para acomodarse la vendita que se le estaba cayendo.

—Eso te lo hizo Marcela, ¿Verdad?... Discúlpala, ella suele ser muy explosiva... Si lo necesitas, me puedo encargar que mantengan una distancia. No me gustaría que tengas más inconvenientes en V&M.

—¿Disculparla? Aún no entiendo cuál fue el mal que según ella: yo cometí. Existen maneras civilizadas de externar las cosas... Seguiremos con la campaña, así que, no tienes por qué intentar persuadirme, después de que las fotos estén listas, todo se manejará por las redes sociales y para alivio de ambos no volveré a pisar V&M —espetó viéndole.

—No puedo refutar tu punto, lo correcto es hablar las cosas que nos incomodan, pero...Si Leroux fuese mi embajadora de marca, tú volverías a V&M, ¿Verdad?

—Sería mi deber... Pero, no me gustaría trabajar con Marcela y agradeceré que la mantengas lejos de mí —dijo con seriedad para después observar hacia la ventana.

Armando asintió y también dirigió su vista hacia la ventana de su lado, sin embargo, le fue inevitable volver a observarla, otra vez estaba tratando de pegarse la vendita al rostro. Después de aquello no hubo más tema de conversación. Cuando llegaron al sitio, ambos se bajaron de inmediato y tras lograr el objetivo, esperaron a que los platillos estuviesen listos.

Ya llevaban un buen tiempo ahí, Beatriz estaba atendiendo llamadas laborales y Armando se había ido por los alrededores. El aire que corría era cálido, ya había anochecido y aún así, la gente seguía teniendo un ritmo activo. Cuando las órdenes estuvieron listas ella se las ingenió para acomodar las cosas en un curioso carrito de metal que le prestaron, inconscientemente comenzó a buscar a Armando y a lo lejos lo vio, estaba enfocado en un aparador que exhibía varios maniquíes con ropas finas y diseños exclusivos. Tenía los brazos cruzados, con ligereza movía la pierna y de vez en cuando se pasaba la mano derecha por la barba, estaba tan enfocado que no se dio cuenta que Beatriz se había acercado.

—Vámonos.

—Perdón, me hubieras esperado para ayudarte con eso, a ver, permíteme.—Tomó el carrito y ella le agradeció—. No estamos tan lejos, podemos pedir que alguien nos venga a alcanzar.

Ella asintió y tras enviar un mensaje con cuidado emprendieron el camino. Beatriz pensó demasiado en lo que estaba a punto de hacer, sin embargo, al final habló.

—¿Te preocupa la línea prêt-à-porter de lujo? —Eso provocó que él volteara a verle con curiosidad, al ver el rostro de Armando ella trató de caminar más rápido.

—¿Crees que... Haber apostado por una línea así fue una buena idea? —se le escapó a Armando.

—Claro —afirmó Beatriz de inmediato y él le miró con interés.

Para sopresa de Armando, Beatriz empezó a decirle los beneficios sobre la línea de lujo... justo cómo él lo tenía visualizado y aunque ella había hablado con un timbre desértico, fue como un oasis para el corazón de él.

¿Quién eres? || Betty en NYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora