04. 💜 Te quiero cerca, te quiero lejos 💜

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- ¿Te das cuenta de que así me puedes dejar sin descendencia?

Cuestiono metiéndome de nuevo a la habitación y corriendo al baño para comprobar que no hay nada de sangre. De verdad que me ha dado muy fuerte la muy bruta, además de que el que solo llevase encima de mi polla la fina tela de mi bóxers no ha ayudado mucho.

- No exageres, ha sido un golpecito inocente.

- Ha sido una hostia peor que la de los luchadores profesionales.

- Yo no tengo la pierna tan enorme como ellos.

- No, tienes mala hostia, que es mucho peor.

- Pues tú te has encargado de ello - Lila entra al baño y pega un grito ahogado, cubriendo sus ojos cuando ve que tengo la ropa interior bajada.

- ¿Querías comprobar si mi polla estaba bien? - río subiéndome el bóxer - Tranquila, que todavía le queda mucho recorrido por hacer.

- Haber avisado, joder.

- No sabía que ibas a entrar, no soy adivino - me cruzo de brazos viendo que aparta la mano de sus ojos, sus mofletes continúan estando rojizos - ¿Qué haces con mi corbata?

- Pues echarle agua fría y ponerla en donde te duela, seguro se te baja el dolor y la hinchazón - sonríe de una forma que no me agrada - Y la calentura.

- ¿Y a ti quién te la baja, gatita?

- Yo no tengo de eso - hace una bolita con mi corbata y abre el grifo para que quede entera mojada.

- Los pezones duros te delatan.

- Eso es que hace frío.

- Estamos a 25 grados.

- ¿Te callas ya? - bufa, a lo que ahora sonrío yo - Toma, ponte esto.

- ¿No me lo quieres poner tú? - no os sabría decir si este tipo de conversación me agrada o me incomoda, antes estábamos discutiendo y ahora se está creando el buen rollo y tonteo que... Bueno, que siempre hemos tenido - Ya que vas de enfermera.

- Ponte esto tú y cierra ya la puta boca - me pide a regañadientes, yo agarro la corbata y me la pongo en los huevos, haciendo que el alivio por el frío me llega al instante - ¿Mejor?

- Sí.

- No te vas a morir por decir un gracias.

- ¿Gracias? - enarco una de mis cejas - Pero si esto es culpa tuya.

- No, ha sido tuya, tú me has provocado.

- Es que me encanta provocarte de siempre, gatita - suspira y mira hacia la puerta del baño por séptima vez, tiene miedo de que Scott nos vea aquí metidos y, si os soy sincero, yo también - ¿Tienes sueño?

- No mucho.

- Pero algo tienes que dormir.

- No puedo, me cuesta mucho hacerlo en los sitios nuevos.

Juega con sus dedos y pasa la vista por el baño tan lujoso en el que nos encontramos. Ya se le está formando la marca de la ojera debajo de sus ojos y está claro que ese carácter está acompañado por un mal descanso. Apuesto a que ayer tampoco ha podido dormir mucho por la incertidumbre de lo que pasaría hoy.

- ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir?

- Cerca de tres días.

Vaya, más que yo.

- ¿Qué hora es? - mira la hora en el reloj que reposa en su muñeca izquierda.

- Faltan 10 minutos para que sean las 5 de la madrugada.

💜 MI DESTINO 💜 #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora