Me acerco a ella a pasos lentos y ella, como la cobarde que es, retrocede hasta que su espalda choca contra la pared de la cocina. Estoy ansioso por ver su reacción ante mis siguientes palabras, aunque me parece que ya sé cuál va a ser, por desgracia.
– Aquí la que miente todo el tiempo eres tú - la acuso con seriedad - Mientes cuando dices que no te molesta que esté con otras chicas. Mientes cuando dices que no quieres verme. Mientes cuando dices que no quieres hablarme. Mientes cuando dices que quieres a Harry. Mientes cuando dices que no quieres estar junto a mí. Mientes cuando dices que no me quieres. Mientes en todo, y se me parte la cabeza al no entender el por qué lo haces – acorralo su cuerpo con el mío, poniendo las manos a ambos lados de su cabeza – Y sí, tengo que reconocer que yo también he mentido porque jamás podría soportar oír como otro hombre te hace el amor. Prefiero arrancarme la piel a tirones que presenciar eso, pero... ¿Sabes lo que me consuela? – lamo mis labios y bajo la mirada por su cuerpo, permitiéndome mirarle de cerca por un instante – Que nadie va a hacerte sentir lo que yo ni conoce tu cuerpo como yo, porque tu cuerpo ha sido, es y será siempre mío. Puedes estar con miles de hombres pero nunca vas a borrar mi huella de ti y lo sabes – mantengo mi mente fría para acercarme a su rostro lo justo para que mi autocontrol no se debilite - Ahora mismo podrías separarme de ti, pero no lo haces, no quieres hacerlo. Y estoy seguro de que si te beso con todas las putas ganas que manejo, cojo ese maldito bote de nata, te cubro todo el cuerpo con ello y te como entera, no me detendrías – esbozo una sonrisa ladeada al ver que no se mueve, dándome la razón en todo lo que he dicho – Dime caperucita, ¿quieres que te coma el lobo?
Y el silencio nace entre nosotros y yo me mantengo curioso y expectante por sus reacciones. Su mirada pasa de un enfado a ser algo más calmada, puede que débil. Quizás me he pasado con todo lo que he soltado por la boca, pero a veces es necesario llevar al límite a la gente para ver sus verdaderos sentimientos. Cosa que con Lila funciona, sé cómo llegar a ella casi sin pensarlo. Ahora la veo frágil delante de mí, sin casi poder aguantarme la mirada porque sabe que la leo con mucha facilidad.
- No - sujeto su rostro con la palma de mi mano al notar que su sus ojos se desvían de los míos hacia atrás – No dejes de mirarme... - me remuevo haciendo que la punta de nuestras narices entren en contacto, ya me estoy pasando del límite físico – Necesito ver que lo sientes, todo lo que me quieres. No me lo dirás, pero tus ojos siempre te han delatado... - bajo mis dedos por todo su cuello, rozando su piel con la yema de estos con tanta delicadeza que no sé si la llego a tocar o no.
- Tal vez no me conoces tanto como crees – habla con la respiración agitada y me pega un empujón tan fuerte que tambaleo al no verle venir – No te miento cuando digo que no quiero estar junto a ti, estoy siendo más sincera que en toda mi vida. Que tú no te lo creas por orgullo de hombre, no es mi problema.
- Estupendo – asiento recomponiéndome de este momento, al final no sé si la víctima ha sido ella o yo - ¿Quieres seguir así? - me encojo de hombros y meto las manos en mis bolsillos, fingiendo todo el desinterés del mundo - Muy bien, pero que conste que todo esto te lo has buscado tu solita – giro mi cuerpo y camino hacia la puerta, saliendo de esa puta casa dando un portazo.
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- La última y me piro.
- ¿A dónde tienes que ir? - me pregunta Scott al mirar la hora - Si es pronto y es viernes, ¿vas a follar?
- No, idiota.
- Pues no te vendría mal, estás a dos velas desde que te pateó el culo mi hermana.
- Estoy bien así, el caso es que So...
- Por cierto, ¿sabes algo de ella?
- No mucho.
- Sí, sí lo sabes - frunzo el ceño cuando le noto tan insistente - Está dando clases de inglés a tu hermanita, la ves todas las mañanas.
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💜 MI DESTINO 💜 #3
Teen FictionJack sabe que su historia siempre ha sido con mofletitos, de lo que no tiene ni idea es de si ella formará parte de su destino. Él cada vez está más confundido. Ella también. Lo único que tienen claro, es que se siguen amando. ¿Será suficiente todo...