Como parece ser que mi ruego no sirvió para nada y Lila no me ha llamado ya habiendo pasado más de cinco horas desde que se fue de mi casa, no aguanto más la espera y me encuentro llamando a la puerta de su casa. Creo recordar que a esta hora Harry trabajaba, así que espero que esté sola y bien, que no la haya dado ningún otro ataque de ansiedad.
– Jack, ¿qué haces aquí? - pregunta ella en cuanto me ve. La observo detenidamente, sigue un poco pálida y se la nota algo cansada.
- No me has llamado – me quejo en un susurro mientras meto las manos en mi bolsillo.
- Te he mandado un mensaje.
- Ya, pero yo quería escuchar tu voz.
- Pues ya me estás escuchando – asiento viéndola sonreír un poco – ¿Más tranquilo?
- No – respondo de manera sincera, no hay necesidad de mentir en esto – Y tú tampoco, se te ve pálida y triste – desvío mis ojos hacia su cuerpo, viendo que tiene una toalla puesta - ¿Ibas a ducharte?
- ¿Qué es eso? – ignora mi pregunta y señala hacia la bolsa que llevo conmigo.
- Chocolate – le doy la bolsa, total, es para ella.
- ¿Por qué? – va hacia la cocina y yo la sigo.
- ¿Por qué qué? - deja los donuts y las palmeras en un armario antes de responder.
- ¿Por qué eres así? – suspira girandose de nuevo hacia mí – Sería todo mucho más fácil si fueras un cabronazo.
- Muchas veces he sido un cabrón – me encojo de hombros con inocencia - ¿Ibas a ducharte?
- Iba a darme un baño de espuma - asiente pasado por mi lado y yendo al baño, yo la sigo otra vez – Necesito relajarme y desconectar un poco porque tengo un dolor de cabeza importante - mete la mano en el agua de la bañera - Supongo que me entenderás, ¿no? – hago un gesto de entendimiento mientras me quedo mirando la bañera – Jack.
- ¿Qué?
- Que te vayas.
No le hago caso. He hecho, hago todo lo contrario. Me quito la chaqueta y empiezo a desnudarme para quedar a la par que ella. No pienso dejarla sola, quiero asegurarme de que se pone bien al 100%.
- He dicho que te vayas – repite al mismo tiempo que me quito los pantalones - ¿Me estás oyendo?
- Sí, te oigo – cierro la puerta y dejo la ropa a un lado del lavamanos.
- No parece – agarra mi brazo para detenerme - ¿Qué crees que estás haciendo?
- Yo soy el culpable de que estés así – le digo con simpleza, pidiéndola por favor que me deje quedarme a través de mis ojos – Déjame hacer que te relajes - parece que ella entiende que no quiero nada sexual, que esto es mucho más íntimo que eso. Quiero ayudar, necesito hacerlo - ¿Confías en mí? - su expresión se relaja y mueve la cabeza para asentir – Métete en la bañera.
Desenredo la toalla que cubre su desnudez y mantengo su mirada en todo momento mientras se mete a la bañera poco a poco. Dejo que ella lo haga primero, me deshago de mi ropa interior y entro junto a ella. Me pongo detrás de su cuerpo para que su espalda repose en mi pecho, con el agua tibia relajando nuestros músculos y el olor a vainilla creando un ambiente gustoso.
- No sé por qué estoy haciendo esto – susurra mientras acaricio sus manos y apoyo mi mentón en su hombro.
- Deja de pensar todo tanto y desconecta.
Beso su moflete antes de empezar a masajear sus hombros con la yema de mis dedos. Lo acompaño con la esponja blanca que hay en un extremo de la bañera, dejando toda su espalda llena de espuma. Su cuerpo es tan conocido para mí, que incluso sé cuando se destensa poco a poco a causa de mis caricias. Doy masajes en todas las partes adecuadas de su cuerpo, sin tocar nada de lo que no debo, hasta que consigo notar que su mente ha logrado desconectar un poco de todo.
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💜 MI DESTINO 💜 #3
Teen FictionJack sabe que su historia siempre ha sido con mofletitos, de lo que no tiene ni idea es de si ella formará parte de su destino. Él cada vez está más confundido. Ella también. Lo único que tienen claro, es que se siguen amando. ¿Será suficiente todo...