Me levanto sobresaltado y de un bote en cuanto escucho el timbre de mi casa. Son las 9 de la mañana y a esta hora no creo que sea nadie más a parte de Lila para empezar a dar clases a mi hermana. Cojo una camiseta para cubrir mi pecho desnudo, pero al final la vuelvo a dejar en su sitio, que mire lo que se ha perdido. Salgo de mi habitación, encontrándome con mi hermana en el pasillo, la cual supongo también haya escuchado el timbre sonar.
- Siempre te digo que no abras la puerta de casa.
- Pero si es Lila, papá me dijo que vendría a esta hora.
- Yo abriré la puerta todos los días, tú espera en tu habitación o donde sea que vayáis a trabajar - se me queda mirando por un par de segundos hasta que sus hombros se encojen.
- Vale - da media vuelta y se vuelve a su cuarto.
Yo camino lo más tranquilo que puedo hacia la puerta, escuchando que ella está timbrando con más intensidad al ver que estamos tardando bastante en abrirle.
- ¿Ya estás dando por culo por la mañana? – hablo tras abrir y encontrarla con una cara molesta – Que cría más pesada – esta me ignora y pasa por mi lado - ¿No vas a darme un beso de buenos días?
- Te puedo dar otra patada en los huevos, ¿quieres? – niego riendo y notando que me mira el cuerpo por un momento. Ya conseguí lo que quería, así que dejo que vaya con la pequeñaja.
Observo su parte trasera mientras desaparece por el pasillo, viendo lo corto que es ese vestido rosa y lo fácil que sería meterme dentro de él. Suspiro frotando mis ojos, sigo medio dormido y no pienso con claridad.
Camino hacia mi habitación para ponerme una camiseta antes de ir al cuarto de baño. Quería darme una ducha, pero prefiero esperar a la tarde porque sé que, si lo hago ahora, la imagen de un vestido rosa me haría hacer más cosas bajo el agua.
Me lavo la cara, moldeo un poco mi pelo con los dedos y un cepillo y me lavo los dientes sabiendo que no tengo mucha hambre para desayunos. Luego si eso me compro algo por la calle, ya que tengo que hacer algunos recados por la mañana porque por la tarde tengo que ir al trabajo. Sí, me han contratado en una cafetería y el dueño es bastante agradable, así que espero estar a gusto ahí.
Echo pasta con sabor y olor a menta en mi cepillo de dientes y empiezo a pasármele por los dientes justo cuando la puerta del lugar se abre y veo que Lila se queda quieta al encontrarme aquí dentro. Vuelve a cerrar la puerta rápidamente, yo escupo y me enjuago la boca antes de salir, sabiendo que está esperando a que termine.
- Si querías verme en la ducha, solo tenías que... - me callo al verla sentada contra la pared echa una bola, es evidente que está llorando - ¿Estás llorando? – limpia mis lágrimas levantándose y se mete al baño, la sigo adentro y espero a que me diga algo - ¿Qué te pasa?
- ¿A ti qué te importa? – escupe de forma enfadada mirándome a través del espejo. Ladeo mi cabeza al no entender la relación entre su estado y mi hermana, así que no dejo que huya de aquí hasta que me lo diga – Déjame salir - pide sabiendo que me estoy interponiendo entre ella y la salida.
- No hasta que me digas qué te pasa.
- Tengo que dar clase a Sophie - suspira limpiando sus mofletes con un pedazo de papel higiénico - Es mi trabajo, déjame.
- Dímelo y te dejo.
- No sé, estoy en un día sensible – me cruzo de brazos y me apoyo en la puerta, yo tengo todo el tiempo del mundo hasta que decida decírmelo porque sabe que a mí no me puede mentir – ¿Por qué le has dicho a Sophie que te dejé por otro chico?
- ¿No es la verdad?
No.
- Sí - miente, otra vez.
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💜 MI DESTINO 💜 #3
Teen FictionJack sabe que su historia siempre ha sido con mofletitos, de lo que no tiene ni idea es de si ella formará parte de su destino. Él cada vez está más confundido. Ella también. Lo único que tienen claro, es que se siguen amando. ¿Será suficiente todo...