Capítulo 1: El sonido del silencio
Beomgyu miró fijamente al techo, sus pensamientos vagando en la habitación con poca luz. Todos los miembros estaban ocupados, preparándose para su próximo regreso, pero él parecía no poder deshacerse de la sensación de pesadez que se había instalado en su pecho.
Lo había estado molestando desde hace un tiempo: darse cuenta de que sus líneas en sus canciones habían ido disminuyendo constantemente desde su debut. Al principio, no le dio importancia, pensando que era sólo una fase. Pero a medida que pasó el tiempo, se hizo más evidente. No pudo evitar sentir que poco a poco se estaba desvaneciendo en un segundo plano.
Su voz, que alguna vez tuvo una presencia destacada en su música, ahora quedó relegada a las armonías ocasionales y las raras líneas solistas. Beomgyu no quería ser egoísta o desagradecido; Sabía que su papel en el grupo iba más allá del simple canto. Era intérprete y visual, una parte vital de TXT. Sin embargo, mientras escuchaba la última mezcla de su próxima canción principal, no pudo evitar sentir que faltaba algo.
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Capítulo 2: Una nota rota
El peso de todo finalmente alcanzó a Beomgyu una noche en su sala de práctica. Se había quedado atrás, diciéndoles a los demás que quería trabajar un poco más en sus partes. Pero cuando la habitación se oscureció y la música sonó suavemente de fondo, se desmoronó. Las lágrimas brotaron de sus ojos y contuvo los sollozos, incapaz de contenerlos más.
"¿Por qué?" susurró para sí mismo. "¿Qué hice mal?"
Justo cuando estaba al borde de una crisis emocional, la puerta se abrió con un chirrido y Taehyun entró. Vio a Beomgyu sentado en el suelo, con los hombros temblando, e inmediatamente corrió hacia allí.
"Beomgyu, ¿qué pasa?" Preguntó Taehyun, con preocupación grabada en su rostro mientras se sentaba junto a su amigo.
Beomgyu no podía hablar. Sólo podía señalar la computadora portátil que reproducía la canción, donde sus líneas eran escasas, como débiles ecos en una vasta caverna.
Taehyun entendió sin necesidad de palabras. Envolvió su brazo alrededor de los hombros de Beomgyu y lo acercó, ofreciéndole consuelo silencioso. "No hiciste nada malo, Gyu", susurró. "Eres increíble y todos te amamos. No estás solo en esto".
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Capítulo 3: Encontrar la clave correcta
En los días siguientes, Taehyun se propuso estar ahí para Beomgyu. Ofreció palabras de aliento, recordándole a Beomgyu sus fortalezas y talentos. Taehyun sabía que la voz de Beomgyu tenía una cualidad única, una calidez que llenaba su música con alma, y no iba a dejar que su amigo lo olvidara.
Mientras practicaban su coreografía y armonías, Taehyun instó a Beomgyu a ser el centro de atención cuando fuera su momento y a cantar con toda la pasión que tenía dentro de él. Beomgyu comenzó a recuperar su confianza y con el apoyo inquebrantable de Taehyun, sus actuaciones comenzaron a resonar con una nueva energía.
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Capítulo 4: Un dúo de resiliencia
Llegó su regreso y las luces del escenario los bañaron con un cálido resplandor. Beomgyu estaba en el centro, su corazón latía con emoción y ansiedad. Pero esta vez no estaba solo. Taehyun estaba a su lado, sus voces se entrelazaban en un poderoso dúo que dejó a la audiencia asombrada.
Cuando terminó la canción, la multitud estalló en vítores y Beomgyu y Taehyun intercambiaron sonrisas triunfantes. Beomgyu había encontrado su voz nuevamente, no sólo en la canción sino en el apoyo inquebrantable de su amigo. Sus armonías nunca habían sido más fuertes y su vínculo se había profundizado.
Ya sin la carga del miedo a pasar a un segundo plano, Beomgyu saltó al centro de atención con confianza renovada, sabiendo que tenía un amigo que siempre estaría allí para armonizar con él, tanto dentro como fuera del escenario.