Cuando los primeros rayos del sol atraviesan la fina y transparente cortina, el dormitorio se baña lentamente en un resplandor dorado. Los suaves rayos de luz bailan a través de las paredes, proyectando delicados patrones sobre el contenido de la habitación. Beomgyu se mueve, parpadeando lentamente para abrir los ojos. Se encuentra entrecerrando los ojos, obligando a sus ojos a adaptarse al brillo repentino. Por un momento, se queda quieto, aturdido por la intrusión de la luz del día.
Los rayos de sol acarician su rostro, proyectando sombras fugaces sobre su piel, una suave sensación que insinúa el nuevo día. Un leve y silencioso gemido escapa de sus labios cuando extiende una mano y suavemente retira las mantas beige, permitiendo que su cuerpo emerja de su capullo. Las suaves sábanas de algodón, calentadas tanto por el sueño como por la luz del sol, aportan una sensación relajante sobre su piel.
Justo cuando está a punto de sacar las piernas de la cama, se oye un suave golpe en la puerta. Sorprendido, Beomgyu hace una pausa momentánea, la incertidumbre brilla en sus ojos.
"Soy yo", la voz de Taehyun fluye suavemente desde detrás de la puerta. "¿Puedo entrar?"
Las sábanas frescas se arrugan debajo de él mientras se mueve, el frescor de la habitación abraza su piel y el leve aroma a lavanda persiste en el aire. "Sí, entra".
La puerta se abre con un chirrido y Taehyun entra silenciosamente a la habitación. Beomgyu no puede evitar admirar la forma en que su cabello despeinado capta la luz, balanceándose ligeramente con cada paso.
En sus manos presenta un pequeño panecillo de arándanos en un plato delicado. La tapa de color marrón dorado, espolvoreada con un toque de azúcar, brilla bajo la suave iluminación de la luz del sol. El fragante aroma llega a sus fosas nasales, mezclándose con los recuerdos agridulces de su pasado.
Taehyun se sienta a su lado en el borde de la cama antes de colocar suavemente el plato entre ellos, su mirada nunca se aparta de los ojos cansados de Beomgyu. Los recuerdos de la última vez que Taehyun hizo muffins se repiten en su mente, el mismo día que sucedió .
Respirando profundamente, se estabiliza y toma el panecillo. Se siente inesperadamente pesado en su mano, como si estuviera agobiado por los recuerdos atrapados dentro de sus tiernas migajas. La textura, el olor, el sabor; todo ello un recipiente para su pasado oculto, lo que le obliga a afrontar los rincones más oscuros de su mente.
Con dedos vacilantes, Beomgyu rompe un trozo del panecillo, y la textura se desmorona suavemente ante su tacto. Al llevárselo a los labios, una sinfonía de sabores explota en su lengua. El estallido de la tarta de arándanos se entrelaza con la sutil dulzura de la masa, creando una melodía de sabores que recuerda a tiempos más felices. Hay una sensación de pesadez pesando sobre su pecho mientras sus ojos vagan ociosamente por el dormitorio.
"Gyu", habla Taehyun en voz baja, "sabes que tienes que tomar tu medicina".
Beomgyu se mueve inquieto, las sábanas envuelven sus piernas inquietas. “Hoy no, lo haré mañana”, murmura, con la voz teñida de una mezcla de cansancio y desgana. Sus ojos se dirigen a la mesita de noche, donde hay un pequeño frasco de medicamento, cuya etiqueta lleva los nombres de los medicamentos que su médico le había recetado. No puede evitar estremecerse ante la mera visión de ello, el pasado acechando sus recuerdos como un fantasma implacable.