“Pan, ayúdanos a todos”, dijo. "¿Qué estás haciendo ?"
Mirando hacia arriba desde la trampa de tamaño sospechosamente humano, Beomgyu se rió y continuó. Soobin solo pudo suspirar; siempre había alguna travesura dentro de su clan. Solo tomó diez minutos de tenerlos fuera de su vista antes de que uno (es decir, el hada que estaba frente a él) hiciera algo que definitivamente no debería estar haciendo.
“Si quieres capturar humanos, al menos hazlo lejos del hueco. Sabes que Hueningkai siempre parece quedar atrapado en ellos”. Es cierto; el más joven prefería estar en su forma alta, lo que, desafortunadamente, venía con el efecto secundario de la torpeza para él.
Beomgyu gimió con petulancia, su piel brillando a la luz del sol. "¡Pero ya casi termino!"
Suspirando, Soobin dijo con resignación: “Bien. Solo advierta a Hueningkai la próxima vez que lo vea”.
"¡Servirá!"
Dejándolos hacer lo que deseara su travieso corazón, el líder fue en busca de Yeonjun. Las dos hadas mayores habían programado una cita.
Por mayores, no es necesariamente por cuando nacieron (ya que no lo recuerdan), sino por cuando se convirtieron en duendes. Beomgyu tenía una habilidad específica para capturar a los vagabundos del bosque y si eran lo suficientemente estúpidos como para meterse en un anillo de hongos, comer comida feérica o renunciar a su nombre, las hadas del bosque los reclamaban. Esta secta estaba gobernada (bueno, más bien patrullada) por el clan Lullaby, llamado así por la forma en que Taehyun ponía a dormir a sus víctimas antes de convertirlas. Hablando de Taehyun-
"¿Has visto a Yeonjun?" le preguntó a la bruja, que estaba recogiendo flores silvestres.
“Dijo que iba al río a ver los tritones. Los huevos deberían eclosionar pronto”.
Ah, así que la mayor se sentía de un humor maternal hoy. Eso siempre parecía suceder a principios de la primavera cuando los nuevos jóvenes llegaban al mundo. “Gracias”, dijo antes de girar sobre sus talones hacia el agua. Viajar en su verdadera forma era mucho más fácil, así que dejó que la sensación de calor lo invadiera hasta que estuvo flotando en el aire, apenas dos pulgadas de alto. El constante batir de sus alas se asemejaba a un colibrí, aunque eran raros en esta parte del bosque.
Fiel a la palabra de Taehyun, Soobin encontró a Yeonjun acostado boca abajo en la hierba, con la cara a menos de un pie de la orilla del río. Su espalda desnuda brillaba donde la luz del sol inundaba las ramas.
Cambiando silenciosamente a su forma alta, el líder preguntó suavemente: "¿Están aquí?" Al acercarse, pudo verla sonriendo con tanto cariño.
"Sí, mi amor. Finalmente están aquí.
Soobin se sentó, en lugar de acostarse, y miró el agua clara. Los renacuajos nadaban libremente, evitando la suave corriente mientras los tritones adultos se escondían entre las grietas de las rocas. Siempre habían sido las criaturas favoritas de Yeonjun, pero esto realmente marcó el comienzo de la primavera para ellos. "¿No son preciosas?"
