Capítulo 24: Un Raro y Peligroso Reencuentro.

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Me centre en ver la calle de noche y ahora se veía más bella: lámparas con imágenes adentro decoraban como también iban acompañadas de ramos de lirios del valle, flores que parecían de mentira y que también recibían luz.

"Me encanta esta escena".

Noté como había mucha gente, así que me levanté y llamé a uno de los pajes.

—Quiero que alcen la bandera Ivor.

—A sus órdenes.

Y escuché la conmoción.

—¡El Ducado Ivor!

—¡¿Quién está adentro?!

Me asomé por la ventana y note como las personas corrían detrás del carruaje. Sonreí y abrí la ventana y saque mi cabeza, una brisa fría se llevó mi cabello.

—¡¿Es ella?!

—¡Es Su Gracia La Duquesa Zafiro!

—¡No, es Lady Nivea!

Los gritos y las discusiones por mi no se dieron a esperar. Saludé de mano y me sentía feliz al saber que logré lo que quería:

Que mi presencia atormentaba.

Me volví a meter y comencé a acomodar mi cabello. Todavía podía escuchar los gritos. El chisme correría por aquí como la pólvora, pero aún faltaba los de adentro.

El carruaje se detuvo un momento pero rápidamente volvió a la marcha. Ya estábamos adentro del Palacio Angelical.

La puerta se abrió y el chófer me ayudo a bajar.

-Gracias y recuerden: Los Duques deben de quedar confundidos -le dije a todos.

Ellos asintieron y yo también. Me despedí con la cabeza y fuí al Palacio, pero al verlo casi me desmayó.

¡Era mas hermoso!

Brillaba como un diamante y parecía un espejo. Arriba brillaba el mismo rubí, pero parecía que recibía miles de luces.

"Sair gasto mucho presupuesto, que suerte que son millonarios".

Respiré profundo para quitarme el shock y seguí mi camino. Estaba solo porque todos los invitados estaban adentro, lo cual me alegro.

Esto se sintió como un déjà vù cuando hice mi presentación, solo faltaba mi familia.

Caminé por un largo pasillo lleno de guardias, que no me quitaban la vista o dejaban de susurrar.

Caminé y me detuve en la misma puerta donde di mi debut. Me pare al lado del mismo hombre ya mayor que me anuncio.

-Señorita dígame su...-al verme casi se cae así que le tome el brazo -. Pe-pe pe-ro... usted es Lady Nivea.

No podía quitarme la mirada.

-Usted era así -hizo enfásis a mi anterior tamaño-. Ahora es alta.

-Je, ya tengo veinticuatro -me tape la boca-. El tiempo ya paso en mi...

-¡Para bien! -me cortó -. ¡Ahora es una Diosa!

-No diga esas cosas y mejor anuncie mi llegada -dije de forma sexy.

El asintio, tomo mucho aire y hablo:

-¡Damas y caballeros, con ustedes Lady Nivea Ivor!

La música que antes sonaba se detuvo en seco y todas las miradas se dirigieron a nosotros. No me dió miedo, pasé muchos años estudiando y conocí mucho por mi tía y también me sé defender.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora