Llegué con Iron a la entrada de un jardín. El clima era el mejor y el viento fresco relajaba. Todavía estaba dormido así que decidí caminar lentamente. El olor de las rosas blancas era embriagador y el cantar de las alondras enamoraba.
Iron poco a poco se despertó. Levantó un poco su cabeza y se frotó un ojo.
-¿Dónde estamos? -pregunto soñoliento.
-En la entrada de uno de los jardines, ¿no te parece bonito?
Iron levantó por completo su cabeza y se frotó los dos ojos para luego bostezar.
-Nunca había visto tantas rosas -dijo maravillado.
Caminé con él en brazos y lo llevé a las rosas. Iron las tocó con delicadeza y las olió.
-Huelen maravilloso.
Su mejilla se tornaron rojas de la felicidad. Le di un beso y lo llevé a donde las alondras.
-Escucha -las señalé.
Iron al escuchar las alondras también quiso imitar las. Movía su cabeza mientras hacía el sonido. Esto era tan bello. Verlo a él feliz y no encerrado en su habitación.
"Haré lo posible para hacerte feliz".
Las alondras salieron volando y una bola de pelos vino corriendo hacia nosotros.
-¡Guau, guau! -ladro Mirie levantada en dos patas y apoyándose de mí.
-¡Un perro! -grito Iron, sus ojos brillaban de la emoción.
-¿Quieres jugar con ella?
-¡Si! Por favor.
Asentí y lo baje. Mirie al verlo se le montó encima, lo derribo y le lamió la cara. Iron le tomó el rostro y la acaricio.
-¿Cómo se llama?
-Mirie y es hembra.
-Preciosa -dijo acariciando su cabeza.
Levanté Iron y este comenzó a correr y Mirie lo siguió. Ambos jugaron. Me quedé al tanto de los dos.
-¡...!
Me giré al ver a Lucrecia corriendo, se acercó a mi y se doblo en dos para tomar aire.
-Mirie se escapó y no la encuentro -dijo agitada.
-Ella está jugando con Su Alteza -me coloque de lado y lo mostré.
Lucrecia alzo un puño.
-Llevo corriendo todo el Palacio Angelical y ella estaba aquí -se levantó y se acomodo el cabello-. Bueno al menos está feliz con Su Alteza.
-Si -me gire a verlos-. Sin duda el Príncipe Iron será feliz pero también... -me guardé esas palabras-. Mañana vamos a la biblioteca del Imperio.
-De acuerdo.
-Ven -le tomé la muñeca-, vamos a cuidarlos.
Y caminamos a la dirección de Iron y Mirie, quienes corrían alegres.
***
Desde la ventana de su oficina, Sair veía a su hijo jugar alegre con la hermosa Cocker de campo, Mirie.
Podía ver a su hijo sano y feliz, como en el pasado, cuando ellos jugaban. Pero eso era un recuerdo que le dolía, porque Iron, lo rechazó y lo veía como asesino o monstruo.
Sair se alejo de su hijo porque le dolía ver como Iron lloraba de pánico a su presencia. Él no entendía ese miedo, un miedo que nació después de la tragedia en Serhap.
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Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.
Fantasía-¡Señorita! ¡No lo haga! En mi novela web favorita, siempre muere mi personaje favorito "Lady Nivea", una joven que sufre acoso por el hermanastro de su padre. Ella siempre lo rechazaba; pero un día...¡El abusa de ella! Odiando se ella misma, se sui...