Capítulo 17: Señal de Peligro.

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El vestido brillaba a cada paso que daba por la cantidad de piedras color blanco incrustadas. En la mano llevaba un ramo de rosas y un velo que le cubría casi todo el rostro. Camino hasta llegar al lado de Sair y se tomaron de la mano. Así empezó la ceremonia.

Ambos se veían muy hermoso juntos, vestidos de blanco y viendo al Sacerdote, era como una imagen de novela.

-¿Aceptan amarse, respetarse y estar juntos en la salud, enfermedad, pobreza, abundancia hasta que la muerte los separé?

-¡Aceptamos! -hablaron al unísono.

-Bien -el Sacerdote levantó las cejas-, por el poder que me confieren los Serafines, los declaro marido -señalo a Sair-, y mujer -señalo a Beatrice-. Ahora un beso para sellar está unión.

Sair se acercó a Beatrice y quitó lentamente el velo. Podía ver el rostro de perfil de Beatrice, pero se notaba una encantadora sonrisa. La tomo por la cintura y así, con un beso sellaron sus destinos.

Todos aplaudimos cuando se bajaron a caminar; algunas personas les arrojaron pétalos de flores. Desde mi posición, que era la mejor, ví la sonrisa y la mejillas rojas de Beatrice.

"Deseo su felicidad eterna".

Seguí a un grupo de personas que iban a la sala de fiestas del Palacio Angelical, caminé mirando a ver si encontraba a alguien conocido.

-Hola.

Giré la cabeza al escuchar un saludo.

"¡Joderme el universo! ¡De todas las personas, está loca!".

Fruncí el ceño al ver esos ojos color amatista. Era la loca.

-¿Cómo está, profeta Amaria? -intente sonreír, pero no era hipócrita.

Ella echó hacia atrás de su oreja un mechón de su negro cabello. Viendola mejor, era muy bonita. Su rostro te hacía recordar una muñeca de porcelana, pero para mí era la mujer de Chucky.

-Veo que no le caigo bien, y eso que han pasado dos años. ¿Aún le molesta lo que paso?

"¿Que te acusen de demonio? Nooo, mejor me hubieras dicho Satanás".

Suspiré y me cruze de brazos.

-La verdad: usted y yo no quedamos bien.

-Cierto -sonrió y asintio con la cabeza-, actúe mal ese día, me comporté como aquellas personas que odian lo extraño y es una ironía -se enrolló un mechón de su cabello y bajo los ojos-, porque a mí me gusta comprender y conocer verdades... Pero la acusé a usted por toda su diferencia.

Esto...

Quedé un poco desubicada, ¿era la misma persona?

Me acerque a ella unos pasos y me quedé en su frente.

-¿Comprende lo que soy? -me coloque la mano en el pecho.

Ella levantó la vista y me miro con sus asombrosos ojos.

-Usted reencarnó, como lo hacen todas las personas...

-¿Creés en eso, pero...?

-Lady Nivea, seré profeta pero es obvio una cosa: el alma jamás muere. Creo que sería injusto que las personas sin importar si sean buenas o malas mueran, ¿la vida es un ciclo no?

Asentí.

-El ciclo es nacer, vivir y morir, pero no creo que se estanque en la muerte. La misma palabra lo dice: ciclo de la vida, la vida nunca se extingue y las almas tampoco, el cuerpo carnal podrá morir, pero la esencia jamás. Todos morimos y reencarnamos.

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora