Capítulo 31: Algunos Sentimientos Encontrados.

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En los campos de entrenamiento del Ducado Ivor, se encontraban los guardias y los jóvenes aprendices practicando. Algunos en caballo y los otros en combates amistosos.

Jeyda quien destacaba por su cabello azúl oscuro, estaba acostado en el suelo, sin camisa por el sudor y cansancio. Respiraba agitado después de haber corrido. Se llevó el antebrazo en los ojos y se quedó recuperando.

Uno de los mensajeros de ellos se acercó a él, se agachó a su lado y saco la carta. Pero su vista se fue a los abdominales de Jeyda.

"¿Serán duros?". Com una sonrisa lasciva, acerco su mano y los tocó.

-¡Ay, si lo son! -exclamo feliz.

-¡¿Qué demonios haces?!

Le reclamo Jeyda levantado la mitad de su torso. El cartero retiro su mano y le sonrió.

-Tenía sucio -dijo el mintiendo.

Jeyda frunció el ceño y se volvió a acostar pero está vez dejando su vista libre.

-Le traigo una carta, joven -el cartero la saco y se la dejo en el pecho.

-¿Sabe quién es el destinatario? -pregunto enarcando una ceja.

-Al parecer una dama.

Jeyda tomo la carta y la abrió, reconociendo instantáneamente la letra.

[Para Jeyda

Jeyda, Lady Nivea reclama sus servicios. Hoy a las media noche, en el Palacio Angelical. Va entrar por mi habitación, la cual tiene una gran ventana y dejaré una linterna roja.

Att: Lucrecia]

Jeyda se levantó rápido del suelo. El cartero se entristeció al perder su vista.

-Gracias y no voy a dar respuesta.

Jeyda salio corriendo a las habitaciones, buscando sus ropas para el llamado.

***

Deje el libro en la mesa de vidrio en la habitación de Iron. Le di un beso y me fuí a mi habitación. Eran prácticamente las doce, pero Jeyda no había llegado. Entre y salí al pequeño balcón que tenía. Me senté y saque los pies. El viento frío era relajante.

Iron ceno tranquilo y me pidió leerle muchos libros, tampoco se quejo de volver a dormir en su habitación.

"¿Pero por qué antes si?".

En éste Palacio había muchas cosas confusas y mas con la relación de Iron y Sair. Ahora la información de la novela tampoco ayudaba. Estaba con mucha desventajas.

"Y debo de actuar antes que Magda".

Me mordí el interior de la mejilla, esperando. Sentí un escalofrío a escuchar la puerta abrirse, gire lentamente la cabeza y vi dos cabezas entrando a mi habitación.

De repente solo veía una cabeza. Me levanté rápido, asustada. ¿Era Lucrecia? O era Chucky que vino a buscarme.

-¡...!

Una mano me tapo la boca y de forma agresiva usé mis fuerzas y derribé el cuerpo.

-¿Qué demonios te pasa Jeyda?

Me Convertí En La Niñera Del Príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora